Matrimonios Cristianos – Casados y felices – Parte 2

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anillos-de-matrimonio«GOZA DE LA VIDA CON LA MUJER QUE AMAS TODOS LOS DÍAS DE LA VIDA.» (Eclesiastés 9:9)

Matrimonios Cristianos – Casados y felices – Parte 2

Para estar casado y feliz, tienes que entender:

Primero, que el amor es una decisión, no una sensación. El «sentimiento» es el fruto, pero la «decisión» es la raíz. Y la clave está en tu voluntad. Dios no habría mandado: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella» (Efesios 5:25) ni «Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos.» (Tito 2:4), si el amor fuera sólo un sentimiento y no un acto de la voluntad. Cuando ésta lleva la voz cantante, los sentimientos la siguen. Corrijamos, pues, ese falso concepto de amor. Las bases del verdadero amor no son las emociones, ni la personalidad, la belleza o el sexo -en otras palabras, las fuentes de placer. Ninguna de esas cosas conduce a una felicidad duradera. Lo que se necesita es compromiso, carácter y una disposición cristiana.

Segundo, ¿piensas que no puedes amar a tu cónyuge? Sigue la norma de Dios. «Nosotros lo amamos a Él porque Él nos amó primero» (1 Juan 4:19). Si eres amado por Dios, tienes amor para dar, porque «.el amor es de Dios.» (1 Juan 4:7). No tienes que crearlo tú mismo, sino sencillamente dar lo que se te ha dado.

Tercero, ¿crees que «has perdido» ese amor? El problema no es que lo hayas perdido sino que has abandonado la fuente del mismo: «Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado» (Romanos 5:5). Abastécete de las reservas del Espíritu Santo y tendrás mucho más amor para ofrecer. Al darte a tu cónyuge verás cómo cobra vida ese amor muerto. «.Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mateo 6:21).

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