Cristiano Aprende a Saber callar

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silencio-biblia-callar«LOS NECIOS DAN RIENDA SUELTA A SU ENOJO, PERO LOS SABIOS CALLADAMENTE LO CONTROLAN» (Proverbios 29:21 NTV)

Cristiano Aprende a Saber callar

Carol Kuykendall escribe: «Mi hija, que estaba embarazada de muchos meses, se cortó el pelo… pasó de tenerlo largo a pelo corto, muy estiloso. Estaba tratando de acostumbrarse a su nueva imagen cuando se encontró con una amiga. ‘¿Qué has hecho?‘ exclamó con disgusto la amiga… ‘No me gusta’. Luego, en un esfuerzo de justificar su comentario, añadió: ‘Ya me conoces, yo siempre digo la verdad’. Cuando nos íbamos, mi hija me dijo que hubiera preferido que ese día no le hubieran dicho la verdad… Eso me hizo pensar y tener más cuidado cuando en las conversaciones tengo que elegir entre expresar lo que estoy pensando o callarme la boca. Escucho a menudo que «decir las cosas como son» y «ser franco» es bueno para las relaciones. Los reality shows de la televisión o las tertulias y entrevistas potencian esa reverencia por decir la verdad. No obstante, hay algo de lo que estoy convencida, al menos en mi caso: si dijera todo lo que pienso, lastimaría a mucha gente.

Además, el hecho de que se piense algo, no significa que sea la verdad… Una buena pregunta a hacerse antes de hablar sería: ¿Va a molestar o a hacer daño a la persona, o a nuestra relación? ¿Es el momento apropiado y se dice en el tono adecuado? Por ejemplo, un comentario negativo acerca de la apariencia física del cónyuge es perjudicial cuando él o ella no pueden hacer nada para cambiarlo (porque ya no están en casa) y lo único que se consigue es que la persona se sienta incómoda toda la velada». La Biblia dice: «Los necios dan rienda suelta a su enojo, pero los sabios calladamente lo controlan» (Proverbios 29:21 NTV). Saber cuándo callar es a menudo más importante que saber qué decir. En eso pensaba el apóstol Pablo cuando escribió: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes» (Efesios 4:29).

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