«…A LOS SANTOS DEL ALTÍSIMO QUEBRANTARÁ…» (Daniel 7:25)
¿Respondes a las presiones o a las prioridadesí
Una vez una oruga encontró a un amigo en el psiquiatra y le preguntó:
«¿Vienes o te vasí», a lo que su amigo le contestó: «¡Si lo supiera no estaría aquí!».
La intención de Satanás es de fatigarte ¡hasta que no sepas si vas o vienes! Lo hace cargándote con cosas que no son necesariamente pecaminosas pero que te agotan psíquica y emocionalmente. Daniel dice que en los últimos tiempos el enemigo «quebrantará a los santos» (Ver Daniel 7:25). Si dudas de ello, fíjate en las presiones a las que te enfrentas a diario: trabajo, finanzas, compromisos de iglesia, y la familia. ¡No es de extrañar que estés con los nervios a flor de piel!
Pablo escribe: «Despojémonos de todo peso… y corramos… la carrera que tenemos por delante» (Hebreos 12:1b). Saber qué tomar y qué dejar es decisión tuya, no de Dios.
Fija prioridades, y disciplínate para vivir consecuentemente. Nadie estuvo más dedicado a la obra de Dios que Jesús, pero incluso Él necesitaba tiempo a solas con su Padre. Una de las primeras prioridades establecidas en el Nuevo Testamento por los líderes de las iglesias era la de dedicarse a la Palabra de Dios y a la oración. ¿Cómo? Nombrando a otros para que llevaran la carga administrativa (Ver Hechos 6).
Aprende: (a) qué dejar, (b) qué delegar, (c) qué no asumir en primer lugar. Y diciendo: «No tengo tiempo» no es una justificación. Todo el mundo recibe las mismas veinticuatro horas para responder o a las presiones o a las prioridades. Decide lo que tengas que dejar a un lado, de momento, y qué es lo que tienes que abandonar definitivamente. ¡No estés tan ocupado en la obra de Dios que descuides al Dios de la obra!
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