Como caminar sobre las aguas – Parte 2

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caminando-sobre-las-aguas-2«…Él DIJO: VEN. Y DESCEN(DIENDO)[DIÓ] PEDRO DE LA BARCA…» (Mateo 14:29)

Como caminar sobre las aguas – Parte 2

La comodidad es el gancho publicitario que más vende. ¿Por qué? ¡Porque somos adictos al confort! De hecho, Karl Barth dice: “La comodidad es uno de los encantos de sirena que más nos atraen”. ¿Te suena familiar la expresión: “Ser una gallina”? Pues bien, los discípulos que se quedaron dentro llenos de miedo, eran eso: ¡“gallinas de barca”! Se limitaron a observar, ¡sin querer hacer algo en esa situación tan peligrosa! ¿Te suena familiar?

Ahora bien, antes de que los juzgues con demasiada dureza, ¿no te has puesto a pensar que tú podrías ser un «calienta-bancos»? Ése es el que va a la iglesia por motivos de comodidad y un poco de espiritualidad,pero sin querer asumir los riesgos y retos que supone seguir a Jesús.

Riesgo y comodidad son dos hábitos que se convierten en parte de tu vida diaria. Cada vez que te arriesgas a dejar el barco significa que estás más predispuesto a hacerlo de nuevo. Seguro que vas a experimentar miedo, pero cada vez que te echas al agua sin hundirte te das cuenta de que el miedo ya no tiene el poder de destruirte. Por otra parte, cada vez que resistes la voz de Dios y eliges quedarte en el barco, la oirás más débil hasta que al final ni la oigas. ¿No valdría la pena cualquier riesgo con tal de evitar eso, lo cual es la mayor pérdida de todasí

Hoy, Dios está buscando discípulos que estén preparados a dejar la barca, personas que estén dispuestos a decir: Señor, puede que sea uno “gallina”, pero aun así, ¡este “gallina” es para ti! ¿Entonces, qué vamos a hacer? Vas a quedarte ahí cómodamente, ¿o estás preparado para embarcarte en una aventura de “caminar sobre las aguas” con el Señor? Si es así, nunca te arrepentirás.

«…COMENZANDO A HUNDIRSE, DIO VOCES, DICIENDO: ¡SEÑOR, SÁLVAME!” (Mateo 14:30b)

El hecho de que Pedro comenzara a hundirse no significaba que falló. He aquí por qué:

(1) Fallar no es un hecho, es sólo un juicio acerca de un hecho.

Fracasar es una parte indispensable del aprendizaje. Varias veces Sir Edmund Hillary intentó coronar el Everest antes de conseguirlo. Después de una de ellas, levantó el puño al pie de la montaña, y gritó desafiándola: «¡Un día te venceré. No puedes ser más alta de lo que eres ya, pero yo sigo creciendo todavía!». De cada intento infructuoso aprendió algo, hasta que un día lo consiguió. Winston Churchill dijo: «Nunca en la vida he fallado en algo. Simplemente tuve otra oportunidad para arreglarlo». ¡Qué actitud!

(2) ¡Los auténticos fracasados estaban aún en la barca!

Se quedaron abajo en silencio y en privado; su fracaso quedó ignorado y sin criticar. Aunque Pedro “se estrelló y se quemó” en público, experimentó dos cosas:

(a) La euforia de andar sobre el agua.

Sólo él supo lo que se siente al recibir el poder de Dios para hacer lo que él nunca podría haber hecho por sí mismo. Una vez que has “andado sobre las aguas”, nunca lo olvidas; ¡Pedro se llevó ese momento a la tumba!

(b) El gozo de ser socorrido por Jesús en un momento de desesperación.

De algún modo Pedro supo, lo que los otros no podían entender, que si se hundía, Jesús estaría allí para salvarle. Compartió un momento, una conexión, una confianza que no experimentaron los demás. ¿Cómo podrían, si nunca dejaron la barca? El fracaso no viene por hundirse…viene por dejar que el miedo te impida obedecer a Dios.

Continuara …..

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