Temor en la Biblia y pérdida de la intimidad

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miedo-al-trabajo«DIOS… LE PREGUNTÓ: ¿DÓNDE ESTÁS? ÉL RESPONDIÓ… TUVE MIEDO… POR ESO ME ESCONDÍ» (Génesis 3:9,10)

Temor en la Biblia y pérdida de la intimidad

¿Está el miedo haciendo que te escondas de alguien?, ¿tu jefe, tu mujer o tu marido, tu quisquilloso compañero de trabajo, o tu hijo tozudo? Cuando Dios le preguntó a Adán: «¿Dónde estásí Él respondió…. tuve miedo… por eso me escondí» (Génesis 3:9b,10) – ¡y todos nosotros nos escondemos desde entonces! Lo hacemos detrás de sonrisas forzadas, palabras complacientes que no sentimos, o rituales sociales que detestamos. O todavía peor (nos escondemos detrás de cosas en las que sí creemos pero no expresamos porque tenemos miedo de lo que la gente pueda pensar), como el dolor que supone enfrentarse con alguien, por la energía emocional que conlleva arreglar las cosas después.

A corto plazo puede que parezca más fácil actuar como si las cosas no te molestaran o fingir estar de acuerdo cuando en realidad no lo estas. Pero a largo plazo esto no funciona. ¿Por qué? Porque la paz no significa ausencia de discordia. Cuando callas para evitar una confrontación, al final estás evitando algo más importante – la intimidad. Por ejemplo, cuando no sueltas la lengua en el trabajo por temor a complicar las cosas, acabas resentido, alejado de tus compañeros y a lo mejor estás perdiendo una oportunidad de mejorar la situación.

Cuando temes confrontar a tu pareja (y esto se debería hacer en amor y no con ira), terminas distante emocionalmente. Cada vez que declinas compartir tu fe con otros por temor a ser ridiculizado pierdes una oportunidad de ofrecer esperanza a los que más la necesitan. Así que hoy, ¡enfrenta tus miedos, sal de tu escondite y empieza vivir!

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