Un Mandamiento Nuevo ­en la Biblia

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«UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO» (Juan 13:34)

Considerando el entorno histórico, este «…mandamiento nuevo…» que Jesús dio es verdaderamente sorprendente:

Primero, estaba la ley de la venganza. Antes de Moisés, la ley en la tierra era la ley de la jungla. Decía: «Si me haces daño, te haré daño ­ y no poco, ¡ya verás!». Los enemigos buscaban rápidamente nuevas formas de saldar «viejas cuentas», porque la venganza no sólo era aceptable, sino promovida. Después, vino la ley de la compensación. En los tiempos de Moisés la venganza fue sustituida por la compensación, lo que permitía «…ojo por ojo, diente por diente…» (Éxodo 21:24), pero nada más. Los causantes del daño debían pagarlo o restituirlo. En aquel entonces este fue un gran paso; Jesús fue incluso más lejos al introducir en el mandamiento el ejemplo de su amor. Cuando Él dijo: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como Yo os he amado…» (Juan 13:34), reafirmaba lo que dice la Ley: «No te vengarás amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19:18; Marcos 12:31). Este mandamiento demuestra el amor incondicional y de sacrificio hacia nosotros de parte de Dios, y luego ¡nos invita a vivir de la misma manera, amando hasta el fin!

He aquí un caso de cómo una clase de estudiantes de instituto demostró la ley del amor: Cuando un compañero estaba perdiendo el cabello debido a un tratamiento de quimioterapia, todos le mostraron su amor y apoyo afeitándose la cabeza para que él no sintiera vergüenza al volver a clase. En un periódico local apareció una foto mostrando a todos con la cabeza calva, debajo del título: «Todo Lo Que Hacemos, Lo Hacemos Juntos». Esa es la clase de amor del que Jesús estaba hablando cuando dijo: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros» (Juan 13:35).

«UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS…» (Juan 13:34)

Hace algunos años, el general Omar Bradley volaba en viaje de negocios en una aerolínea comercial, vestido de civil. Cuando se sentó en su asiento comenzó a revisar documentos. Coincidió que a su lado iba un joven soldado raso que no reconoció al general. Cuando el avión despegó, el joven se giró hacia el general y le dijo: «Ya que vamos a estar juntos por un rato, podríamos charlar para conocernos un poco. Supongo que usted es banquero». Bradley no quería parecer grosero, pero debía terminar el trabajo, así que le contestó: «No, soy el general Omar Bradley, general de cinco estrellas del ejército de los Estados Unidos. Dirijo la Junta de Jefes de Estado del Pentágono en Washington, D.C.».

Sin sobresaltarse, el joven soldado contestó: «Vaya, señor, ese sí que es un trabajo importante de verdad. ¡Espero que no lo eche a perder!».

Tu trabajo es amar; ¡no lo eches a perder! El amor de Dios es la fuerza más poderosa del mundo, y depende de nosotros llevar esa antorcha de amor y mantenerla encendida. La Biblia dice: «Vestíos… de… entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. Sobre todo, vestíos de amor… (Colosenses 3:12,14). Es muy bonito el poder citar de memoria algunos versículos, orar con bonitas palabras, estudiar teología e ir a la iglesia, pero solamente cuando la gente ve el amor que hay en ti, es cuando será impactada por tu vida. ¡No son las palabras la verdadera prueba de tu discipulado, sino el amor!

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