Aviva el don de Dios y sigue avivándolo siempre

0

el don de Dios BibliaAviva el don de Dios y sigue avivándolo siempre

«…TE ACONSEJO QUE AVIVES EL… DON DE DIOS QUE ESTÁ EN TI…» (2 Timoteo 1:6)

Dios te dio ese talento que tienes, pero a ti te corresponde desarrollarlo. Y no debería ser algo tan complicado, porque normalmente tu don está relacionado con algo que te apasiona. El Dios que te hizo puso los anhelos en tu corazón. Ser consciente de esa verdad te ayudará a entender por qué las cosas que te resultan gratificantes son aquellas en las que usas tus capacidades y habilidades innatas. Alguien escribió: «Lo natural para un perro de caza es cazar. Si lo dejas en espacios pequeños, pasará el tiempo tumbado y aletargado. Pero cuando entiende que va a ir de caza, se espabila; porque Dios creó así a esa raza de perros; llevan dentro esa pasión y no necesitan animarse, ni escuchar un sermón o un mensaje positivo para avivarse y motivarse.

Cuando los perros van a cazar, se ponen muy excitados; es instintivo para ellos… y cuando hacemos aquello para lo que hemos sido llamados, el entusiasmo y la motivación se desprenden de forma natural también. A lo mejor no saltamos como los perros, pero en nuestro interior sabemos que para eso hemos nacido y sido llamados. Y por el contrario, si haces algo que no te resulta natural, es una lucha continua. Si intentas hacer algo, te capacitas y te esfuerzas, pero aun así no dominas esa destreza determinada, es hora de reconocer que quizás eso no sea para ti. Es verdad que debemos perseverar… esforzarnos y aprender cosas que no nos agradan… pero por lo general, la vida no debería ser siempre un camino cuesta arriba».

Cuando cumples el propósito para el que has sido llamado, una de las consecuencias más notables es lo gratificante que resulta «[avivar] el don de Dios que está en ti« cuando usas tus capacidades naturales.

«UN REGALO ES COMO UNA PIEDRA PRECIOSA A LOS OJOS DE QUIEN LO POSEE: ¡DONDEQUIERA QUE SE VUELVA PROSPERA!» (Proverbios 17:8 parafraseado)

Pablo habla del «don de Dios que está en ti» (2 Timoteo 1:6-7). Es decir, no es algo que se aprende, sino que Dios te da y nadie puede avivarlo por ti. Y lo avivas cuando lo usas y desarrollas. Dijo Salomón: «Un regalo es como una piedra preciosa a los ojos de quien lo posee: ¡dondequiera que se vuelva prospera!» (Proverbios 17:8 parafraseado). Tu don te enriquecerá de muchas maneras y en múltiples áreas, no sólo en la financiera. Dedicar tu vida a algo por dinero es un motivo erróneo, mientras que ejercer el don que Dios te ha dado es muy gratificante. Desafortunadamente, mucha gente tiene envidia de los dones de otros. No malgastes tu tiempo con celos; porque eso te robará el don y agotará tus energías; además, deberías estar tan ocupado llevando a cabo tu don que no te quede tiempo para las envidias.

Cuando Louis Armstrong se presentó al conservatorio de música, le pidieron que cantara la escala musical, pero sólo fue capaz de entonar bien dos notas, así que no lo admitieron. Armstrong lloró cuando lo rechazaron, pero luego les dijo a sus amigos: «Yo tengo música dentro de mí y nadie va a impedir que salga». Con el tiempo llegó a ser uno de los músicos más queridos y de más éxito, y vendió muchos más discos que otros de más talento. Todos somos originales, pero algunos nos conformamos con ser fotocopias. Piénsalo bien: Si eres como todos y te unes a «la carrera de locos», aunque ganes esa carrera, ¡no serás más que un loco muy importante!». Tu don te abre camino (Proverbios 18:16). Entonces, pon en práctica ese don que Dios ha puesto en ti.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí