Principios del Liderazgo Cristiano

0

jesus-lavando-pies-liderazgoPrincipios de liderazgo Cristiano en la Biblia

«PRIMERO… CALCULA LOS GASTOS…» (Lucas14:28b)

No puedes exigir liderazgo, tienes que ganarlo – cada día. Para ser un líder que valga la pena seguir, tienes que:

(1) Aprender a tomar control de tus impulsos.

Soluciones a corto plazo crean problemas a largo plazo. Escucha: «…[que] sea[s] pronto para oír, tardo para hablar…» (Santiago 1:19b). No permitas que reacciones espontáneas de ira cieguen tu buen juicio. Pregunta siempre: «¿Tengo que tomar una decisión en este preciso momento?». Normalmente no hace falta. Esto es importante, ya que tu liderazgo es bueno solamente si tus decisiones así lo demuestran.

(2) Poner a la gente correcta en el lugar correcto.

Muchas veces llenamos huecos de alta responsabilidad con el primero que encontramos, simplemente porque no hay nadie más en ese preciso momento. Eso es comprensible. Pero, ¿qué pasa después cuando el trabajo resulta serle demasiado difícil? No sólo arriesgas sus sentimientos. Tu miedo de tener un conflicto es la causa de que esté languideciendo en el lugar equivocado, frenando así tu visión y desanimando a la gente dotada para desarrollar esta tarea y que siga preguntándose: ‘¿Hasta cuándo permitirás que esto suceda?».

(3) Considera todas tus opciones, y después acepta la responsabilidad final.

Al aprender a esperar un poco más y al obtener más información antes de tomar una decisión, puedes evitar el dolor de cabeza de obtener resultados de segunda clase. Lo que hoy te puede parecer bueno y una iniciativa maravillosa, mañana podría parecer diferente, cuando se te presenten mejores opciones. No «pagues» doble por la misma información. Habla con alguien a quien respetes, alguien que ya haya recorrido el camino que quieres recorrer, especialmente cuando tu decisión afecta a otros, y ha de ser probada en la «prueba del tiempo».

«EL QUE ANDA ENTRE SABIOS SERÁ SABIO…» (Proverbios 13:20)

Antes de tomar una decisión, asegúrate de poder vivir con las consecuencias.

Pregúntate: ‘¿Tengo lo que hace falta para manejar esto?’. Si ya casi no puedes aguantar más, ¿cómo vas a poder enfrentar aun más cosasí Repasa la historia; Dios prepara al hombre antes de su ministerio, porque mayor éxito trae más presión. Si tu éxito te aleja de Dios y de tu familia, no es éxito; es fracaso.

Nunca permitas a tus expectaciones sobrepasar lo que realmente puedes hacer. No creas en el mito de que puedes hacer todo sólo por determinación. Los perros pueden caminar en dos patas, pero no es su naturaleza. Sé honesto contigo mismo y haz solamente lo que puedas hacer bien. «¿Y qué pasa con las cosas pendientesí». Aprende a delegar, y ¡deja que la congregación (o el negocio) siga funcionando!

Si la «ganancia» es menos que la «inversión», no vale la pena gastar tu tiempo, porque es tu recurso más valioso y limitado; no lo tienes de sobra para echarlo a perder. Tiempo perdido es la mayor causa de fracaso, así que aléjate de las personas y los hábitos que te hacen perder el tiempo. Pon más atención en las cosas que crees que son importantes y concéntrate en tus propias metas. Vive cada día como si fuera el último – ¡puede serlo!

¡Para prosperar tienes que sobrevivir! No dejes que nada te haga cambiar de idea. David dijo: «Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría» (Salmo 30:5b). Si puedes sobrevivir hoy simplemente, puedes tener éxito mañana, y con Dios de tu lado, lograr cosas mayores.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí