¿Que dice la Biblia del Crecimiento Personal?

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el-crecimiento-personal-espiritual-biblia1La Biblia y el Crecimiento Personal

«EL SABIO LOS ESCUCHA Y AUMENTA SU SABER…» (Proverbios 1:5)

Aquí hay algunas cosas que necesitas saber acerca del crecimiento:

(1) El crecimiento no se produce automáticamente

Sólo una vez eres joven, pero puedes ser inmaduro por tiempo indefinido. Todos los años la langosta está forzada a despojarse de su concha; y es una lastima que no nos pase lo mismo a nosotros… ¡Vamos! Si no te haces responsable de tu crecimiento personal, no ocurrirá nunca. El camino hacia las cosas que merecen la pena, siempre va cuesta arriba, así que cuanto antes empieces a subir, antes llegarás a lograr el potencial que Dios tiene ordenado para ti.

(2) El crecimiento de hoy traerá el éxito de mañana.

Lo que siembras hoy, determinará lo que coseches mañana. Oliver Wendell Holmes dijo: «Una vez expandido por una idea nueva, la mente del hombre nunca recupera su dimensión original». Así que, ¿qué vas a hacer hoy para tener más éxito mañana?

(3) El crecimiento es tu responsabilidad.

De niño, la responsabilidad por tu crecimiento era de tus padres, ahora es tuya. Robert Browning escribió: «¿Por qué estamos en este mundo si no es para crecer?». ¡Buena pregunta! Sin embargo, pocos de nosotros nos dedicamos al proceso. ¿Por qué? Porque el desarrollo requiere un cambio y a la mayoría de nosotros nos incomodan los cambios. Gail Sheehy escribió: ‘Si no cambiamos, no creceremos, y si no crecemos, en el fondo no vivimos. El crecimiento exige la entrega temporal de la seguridad. Significa dejar patrones familiares pero limitantes, un trabajo seguro pero ingrato, valores que ya no cuentan, y relaciones que han perdido su significado. Lo que más tememos es dar el primer paso, cuando nuestro verdadero temor debería ser lo contrario». ¿Puedes imaginarte algo peor que vivir una vida carente de crecimiento y mejora?

«…¡ADQUIERE SABIDURÍA! ENGRANDÉCELA, Y ELLA TE ENGRANDECERÁ…» (Proverbios 4:7,8)

Sé enseñable. El famoso entrenador de fútbol John Wooden dijo: «Lo que cuenta es lo que aprendes cuando ya lo sabes todo». Porque cuanto más aprendes, menos piensas que necesitas seguir aprendiendo, con el peligro de que ya no quieras adquirir más conocimientos.

No te quedes nunca contento con tus logros actuales. El mayor enemigo de tu éxito mañana es el éxito de hoy. Pensar que «has llegado» porque conseguiste ciertas cosas, ¡es fatal! Te quita el deseo del crecimiento continuo. Las personas de éxito no se quedan cruzadas de brazos «durmiendo en los laureles». Ellas son conscientes de que las ganancias, igual que las pérdidas, son temporales. Comprenden que necesitan seguir desarrollándose si quieren seguir siendo productivos. Ciertas cosas te llevan a la cima, otras cosas te retienen allí. Tienes que permanecer hambriento. Niégate a acomodarte en terreno conocido y a permitir que el éxito se te suba a la cabeza. Disfrútalo un momento, y continúa la marcha hacia retos mayores.

Conviértete en un aprendiz continuo. Una encuesta universitaria llevada a cabo hace unos años reveló que casi un tercio de todos los médicos estaba tan ocupado en su trabajo que iba dos años atrasado de los más recientes avances en su campo. ¡Que Dios ayude a sus pacientes! Si quieres ser un aprendiz continuo, ¡tienes que apartar tiempo para eso! Henry Ford dijo: «He observado que las personas con éxito avanzan durante el tiempo que otros desperdician». Llévate tu Biblia, casetes y CDs cuando estés de viaje. Aprovecha cada oportunidad para seguir desarrollándote. El secreto de llegar a ser un aprendiz está en ¡aprender algo nuevo todos los días! Escucha: «…¡adquiere sabiduría! Engrandécela, y ella te engrandecerá…» (Proverbios 4:7,8)

«POR EL CAMINO DE LA SABIDURÍA TE HE ENCAMINADO…» (Proverbios 4:11)

Vamos a considerar tres cosas más antes de dejar el tema del crecimiento personal:

(1) ¡Niégate al estancamiento!

Es tentador quedarse en un nivel de estrés confortable, una economía adecuada y relaciones placenteras, sin la intimidación de entablar relaciones nuevas o entrar en situaciones desconocidas. Todos necesitamos detenernos durante un tiempo, para luego seguir subiendo, descansar y asimilar. Pero una vez que tengamos asimilado lo aprendido, debemos volver a subir; es realmente trágico si lo dejamos de hacer. En caso que eso ocurra, seremos «viejos» – ¡da igual si tenemos 9 o 99 años!

(2) ¡Paga el precio!

Siempre tendrás que renunciar a algo para conseguir lo que deseas – como tiempo para actividades de ocio, el precio de una formación adicional, y cambios y riesgos constantes. A veces, el crecimiento es sencillamente algo solitario. Es por eso que muchos de nosotros dejamos de crecer; el precio resulta demasiado alto. Salomón dijo: «Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia!» (Proverbios 4:7b). Teddy Roosevelt dijo: «En la historia, nunca ha habido una persona que llevara una vida desahogada cuyo nombre valga la pena recordar». ¿Acaso tú sabes de alguna?

(3) Encuentra una manera de poner en práctica lo aprendido.

¡No permitas que el aprendizaje conduzca al conocimiento – ¡deja que te lleve a la acción! Si no cambias como resultado de lo que estás aprendiendo, es porque (a) no le das bastante atención a tu plan de crecimiento personal; (b) Estás enfocando tus obligaciones en vez de tus posibilidades; (c) No estás poniendo en práctica lo que estás aprendiendo. Has olvidado el principio de suma importancia, que dice: «Sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos’ (Santiago 1:22).

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