Una Verdadera Revisión Espiritual Según La Biblia

0

Bíblia-evaluacion-espiritual1Una revisión espiritual correcta de tu vida Cristiana

«…DIOS CONOCE TODOS TUS PENSAMIENTOS, Y SABE CUÁLES SON TUS INTENCIONES.» (1 Crónicas 28:9 NVI)

El salmista oró: «Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame en el camino eterno» (Salmos 139:23-24). Si eres sensato, irás al médico a hacerte una revisión cada cierto tiempo. Del mismo modo, debes hacerte la revisión espiritual periódicamente, en las siguientes áreas:

1) Tu salvación

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17). ¿Ha habido algún momento de tu vida en el que te hayas arrepentido de tus pecados y depositado tu confianza en Jesús para que te salve? ¿Le has entregado todo y lo has hecho Señor de tu vida?

2) Tu vida de devoción

«¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella» (Salmos 119:97 NVI). «Sumamente pura es tu palabra y la ama tu siervo» (Salmos 119:140). ¿Lees la Palabra de Dios y meditas en ella a diario? ¿Haces tus devocionales con regularidad y tienen un propósito? ¿Tratas de aplicar los principios de las Escrituras a las circunstancias en que te encuentras?

3) Tu humildad

Dios dice: «…Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados» (Isaías 57:15). ¿Reconoces rápido tus pecados y haces pronto las paces con Dios? ¿Admites tus errores enseguida ante los demás? ¿Te alegras cuando les va bien a otros, incluso cuando tus propios logros pasan desapercibidos? ¿Estimas a los demás como mejores que tú? (Romanos 12:10). ¿Vives consciente de que dependes de Dios?

«YO, EL SEÑOR. SONDEO EL CORAZÓN» (Jeremías 17:10 NVI)

Veamos cómo saber si estamos dando la talla en:

1) La obediencia

«Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues cuidan de vosotros como quienes tienen que rendir cuentas… a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho» (Hebreos 13:17 CST). ¿Obedeces por lo general a las instrucciones de Dios? ¿Te sometes a la guía de las personas que Dios puso en autoridad sobre ti? ¿Oras por ellas y le agradeces a Dios lo que invierten en tu vida?

2) Un corazón puro

«Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:8-9) ¿Confiesas tus pecados uno por uno, nombrándolos? ¿Eres pronto para renunciar a tu pecado en cuanto Dios te lo revela? ¿Existen áreas que aún no le has rendido a Dios? ¿Estás dispuesto a deshacerte de todo pecado por amor a Él?

3) Una conciencia limpia

«Procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres» (Hechos 24:16). ¿Buscas el perdón de los que has ofendido? ¿Está tu conciencia en paz con Dios y con los hombres?

4) La certeza ante Dios

«Si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquier cosa que pidamos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él» (1 Juan 3:21-22) ¿Has considerado ciertas cosas de tu vida no sólo valorando si están bien o mal, sino también cómo van a afectar tu acercamiento a Dios?

«Y DIOS, QUE EXAMINA LOS CORAZONES, SABE CUÁL ES LA INTENCIÓN DEL ESPÍRITU.» (Romanos 8:27 NVI)

Revisar cómo va el espíritu significa examinar cosas como éstas:

1) Tu escala de prioridades

«Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33). ¿Le presentas tus planes a Dios para ver si le parecen bien? ¿Demuestran tus decisiones financieras si Él es lo primero?

2) Los valores

«… Vosotros habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios… como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia» (Colosenses 3:3,12 CST). ¿Amas lo que Dios ama y detestas lo que Dios detesta? ¿Le das valor a las cosas que le agradan? ¿Están tus deseos y tus metas dirigidos por la Palabra de Dios?

3) El sacrificio

«Todo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por [basura], a fin de ganar a Cristo… a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder… de su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a Él…» (Filipenses 3:8-10 NVI).

¿Estás plenamente entregado a Dios? ¿Hay algo que estimes más que a Él? Si es así, ora: ‘Padre, perdóname por volver a tomar el control de mi vida. Vengo ante Ti, me rindo, me arrepiento y te pido que me limpies. Renuévame y lléname con Tu Espíritu. Renuncio a mi manera de ser egoísta y te hago Señor de mi vida. Dijiste que más valía ser frío o caliente, pero no tibio. Enciende un fuego en míhoy que arda tanto que otros sean atraídos a Ti’.

«JESÚS SE DIO CUENTA DE LO QUE PENSABAN. [EN SUS CORAZONES]» (Lucas 11:17)

Para que una revisión surta efecto debes examinar las siguientes tres áreas:

1) El perdón

«Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Sobre todo, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos» (Colosenses 3:13-15). ¿Perdonas enseguida a los que te hieren? ¿Resuelves los conflictos tan pronto como puedes? ¿Estás albergando rencor?

2) Ganar almas

«Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…» (Mateo 28:19-20). ¿Te preocupas por las almas perdidas? ¿Aprovechas cada oportunidad que se te presenta para compartir tu fe? ¿Cómo refleja tu vida lo que dicen tus labios? 

3) La oración

«¡Buscad al Señor y su poder; buscad su rostro continuamente!» (1 Crónicas 16:11). ¿Tienes una vida de oración continua? ¿Oras fielmente por las necesidades de otros? ¿Has aprendido a orar con fe, permaneciendo en la Palabra y creyendo que Dios hará grandezas? ¿Ves los resultados de tu vida de oración? ¿Te ha llevado tu vida de oración a una intimidad más profunda con el Señor?

Si de verdad quieres cambiar profunda e interiormente, crecer en tu recorrido espiritual y desarrollar un carácter como el de Cristo, pasa tiempo con el Señor hoy y di: «Examíname, Dios y conoce mi corazón; pruébame, y conoce mis pensamientos… guíame en el camino eterno» (Salmos 139:23-24).

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí