La murmuración y su precio según la Biblia

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«…MARÍA Y AARÓN HABLARON CONTRA MOISÉS… Y EL SEÑOR LO OYÓ» (Números 12:1,2b – La Biblia de las Américas)

[highlight]En Números, capítulo 12[/highlight], Dios castigó a María con lepra. ¿Por qué? Porque murmuraba de su hermano Moisés. ¿Aún piensas que no importa tu actitud de crítica? A lo mejor creciste en una familia que siempre chismorreaba acerca de los defectos de los demás, y ahora notas la misma actitud en tu manera de hablar con tus hijos. No puedes disfrutar de las cosas buenas de la vida, porque lo único que sabes hacer es analizar, examinar y opinar (generalmente de forma negativa).

Considera esta definición de crítica destructiva: ‘pensar obsesivamente en las faltas percibidas de otro, sin tener en cuenta sus virtudes’. Observa la palabra ‘percibidas’. Tus percepciones no son necesariamente veraces. Es posible que haya circunstancias que no entiendas. A continuación, considera las palabras ‘pensar obsesivamente en’. Andamos por la vida diciendo: «Esto no está bien», o «Yo no lo haría así». ‘Pero soy una persona analítica; ¡el Señor me hizo así!’, te dices. El problema surge cuando sigues pensando en tus observaciones – cuando no las puedes dejar a un lado. «¿Pero cómo puedo ayudar a alguien si no reflexiono sobre lo que hace?». Fíjate en la última parte de la definición: ‘sin tener en cuenta sus virtudes’. No es malo pensar mucho en una falta, siempre y cuando lo pongas en oración y busques una solución. «¿Significa esto que está bien discutirlo con otra persona?». Sólo si puedes terminar tu conversación diciendo: «Ahora bien, vamos a orar acerca de esto y veamos lo que podamos hacer para ayudar».

«…MARÍA Y AARÓN HABLARON CONTRA MOISÉS… Y EL SEÑOR LO OYÓ» (Números 12:1,2b – LBLA)

Cuando María criticó a Moisés, Dios le castigó con lepra. Fíjate en estas tres cosas:

(1) Nadie es inmune

María era muy fiel al Señor; no sólo había salvado la vida de Moisés siendo niña, también tomó el pandero y repitió el cántico de Moisés celebrando cómo Israel cruzó el Mar Rojo (Ver Éxodo 14,15). Nunca llegaremos a ser tan avanzados espiritualmente como para ser completamente incapaces de la murmuración.

(2) A veces, el verdadero problema no está en lo que nos fijamos

Escucha: [highlight]»…María y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado… (Números 12:1 – LBLA).[/highlight] ¿Pero era esto el verdadero problema? No; escucha:[highlight] «…y dijeron: ‘¿Es cierto que el Señor ha hablado sólo mediante Moisésí ¿No ha hablado también mediante nosotrosí'»[/highlight] (versículo 2). La esposa de Moisés era el pretexto superficial; el verdadero tema era la importancia de Moisés. La queja constante de ellos era: «¿Cómo es que él recibe toda la atención?». ¡Ten cuidado! Cuando hay competitividad en tu actitud o resentimiento en tu corazón, habrá crítica en tus labios.

(3) Hacer la voluntad de Dios ¡no garantiza inmunidad!

Escucha: «Moisés era un hombre muy manso, más que todos los hombres que había sobre la Tierra» (versículo 3). Sin embargo, ni siquiera él podía escaparse del dolor de autoproclamados críticos atacando el trabajo que estaba realizando para el Señor.

Solamente cuando Aarón reconoció: «…locamente hemos actuado y hemos pecado» (versículo 11b), mostró Dios misericordia y sanó a María de su lepra. Ahora bien, nosotros preferimos clasificar la crítica como debilidad, pero desde la perspectiva del Señor es pecado – auténtico pecado, ¡y «registrado» como tal! Y hay sólo un modo de tratar con el pecado: arrepentirse y dejar de hacerlo.

La murmuración es un asunto delicado y un ejemplo que no deberíamos de seguir. Si deseas leer la segunda parte puedes hacerlo desde aquí:

La Murmuración y su precio según la Biblia – parte II 

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