¿Como Discernir El Llamado de Dios?

¿Como Discernir el llamado de Diosí

«SEÑOR, SI ERES TÚ, MANDA QUE YO VAYA A TI SOBRE LAS AGUAS» (Mateo 14:28b)

Por lo general, discernir la llamado de Dios conlleva muchos intentos y fracasos. No llegaste a este planeta teniendo tu vocación en claro y tus aptitudes previamente desarrolladas. Antes de que Pedro anduviera sobre las aguas, dijo: «`Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas’. Y Él dijo: `Ven'» (Mateo 14:28b,29). Aquí hay una buena lección para aprender. Tú no eres el responsable de «andar sobre las aguas», ¡Jesús lo es! No se trata de algún poder a tu disposición para ser usado en cualquier momento que tú elijas para cualquier antojo tuyo. Antes de «salir de la barca», más vale que te asegures de que eso es para lo que fuiste llamado, y que es Jesús el que quiere que lo lleves a cabo. Dios busca algo más que ímpetu. A veces hacemos decisiones imprudentes sobre relaciones, finanzas o trabajo, para luego racionalizarlo con un «barniz» de lenguaje espiritual.

En la mayoría de los libros de autoayuda el tomar riesgos es sumamente elogiado. Pero debe ser en obediencia al Señor. Si eres un «tipo S» (una persona que busca sensación), estás particularmente en peligro. El aburrimiento puede hacerte vulnerable; puede tentarte a solucionar tus problemas tomando una decisión impulsiva que no esté de acuerdo con la voluntad de Dios. A menudo se confunde la diferencia que hay entre «no tendrás miedo» y «no serás estúpido».

Saber cuándo «salir de la barca» y arriesgarte no sólo requiere coraje sino que precisa sabiduría para hacer las preguntas adecuadas, discernimiento para reconocer la voz del Maestro y paciencia para esperar hasta que Él diga: «Ven» (versículo 29b).

«…HAY DIVERSIDAD DE ACTIVIDADES, PERO DIOS, QUE HACE TODAS LAS COSAS EN TODOS, ES EL MISMO» (1 Corintios 12:6)

Los alfareros expertos saben que mientras amasan y aprietan el barro, éste se comprime, manifestándole lo que puede y lo que no puede llegar a ser. Los principiantes carecen de este discernimiento, como demuestra el resultado de su trabajo. Cuando no honras a tu «materia prima», la realidad se convierte en tu adversario. La palabra `vocación’ viene del latín `voz’. Para poder descubrir tu vocación, debes escuchar atentamente. Si cierras los oídos y persigues algo para lo que ni estás llamado ni equipado para hacer, acabarás viviendo con una constante ansiedad que «susurra»: «Estás tratando de hacer algo que Dios no te dijo que hicieses». La valentía de reconocer lo que no eres trae gran libertad; su carencia te enjaula. Parker Palmer escribió: «No puedes escoger tu vocación; debes dejar hablar a tu propia vida». Quizás fuiste creado para aprender y para beneficiar a otros por medio de ello. Si es así, entonces te encontrarás atraído a la lectura, la reflexión, la escritura y la enseñanza. Pero si estás convencido (o permites que otros te convenzan) que debes ser un éxito empresarial para que tu vida cuente, estarás yendo en contra de la voluntad del Señor. Debes dejar que tu vida hable por sí misma.

El filósofo Mortimor Adler habló de aquellas mentes brillantes que han sido llamadas para estar «sentadas» en la «mesa» de lo que él llama «la gran conversación de la raza humana». Bien, ¿y sabes qué? Pues que el noventa y nueve por ciento de nosotros nunca se sentará en aquella mesa. Pero todavía podemos escuchar algún día: «Bien, buen siervo y fiel…» (Mateo 25:23b), prometido a los que perciben la llamada de Dios, la aceptan, y dan sus vidas para realizarla.

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