¿Cómo Prosperar En Medio De La Batalla Según La Biblia?

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¿Cómo Prosperar En Medio De La Batalla Según La Biblia?

«COMPARTE NUESTROS SUFRIMIENTOS, COMO BUEN SOLDADO DE CRISTO JESÚS» (2 Timoteo 2:3 NVI)

La salvación te recluta a las filas de Jesús, el Rey de Reyes. Sus batallas se convierten en tus batallas y Sus estrategias en tus estrategias. No hay excepciones; y estás ahí «hasta el final». Satanás te ha declarado la guerra y «o vences o eres vencido». Te atacará en tres frentes. Analicemos cada uno de ellos: Primero, el ataque del mundo ¿No te has sentido alguna vez como que no encajasí ¡Es que no debes encajar! «¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Diosí Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios» (Santiago 4:4). La línea de batalla está establecida y no hay coexistencia pacífica en esta guerra.

¿Qué es la «mundanalidad»? No significa estar en el mundo, sino ser como él. No es mezclarte con el mundo, pero sí asumir sus valores egocéntricos, su moralidad relativa y su actitud hacia Dios y Su causa, Su palabra y Su pueblo. El ansia del mundo de poder, popularidad y autobombo contradice los principios de la Escritura. «La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en… no dejar que el mundo te corrompa» (Santiago 1:27 NTV). Jesús nos pidió que evitáramos ser arrastrados por la corriente del mundo con su obsesión por las cosas materiales o el temor de no tener lo suficiente para cubrir las necesidades (Mateo 6:25-34). Has sido llamado a ser «sal» y «luz» (Mateo 5:3-14). Tienes que ser alguien que influya y no que es influido. Cuando el mundo no percibe que eres distinto, es porque tu luz se ha pagado y tu sal ha perdido el sabor.

«…NO PROVEÁIS PARA LOS DESEOS DE LA CARNE…» (Romanos 13:14 RVR1960)

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Prosperar En Medio De La Batalla

 

El ataque de la carne. El punto más vulnerable es tu «carne», que quiere hacer lo que le place. Su lema es ‘Yo soy lo más importante’. De principio a fin busca complacerse a sí misma y ser siempre la primera de la lista. Está en su naturaleza. Y no puede ser salvada, santificada o espiritualizada porque «lo que nace de la carne, carne es…» (Juan 3:6); y nada más. «…El deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais» (Gálatas 5:17). Entonces ¿cómo controlas tu carne?

1) Elige bien. «…Escogeos hoy a quién sirváis…» (Josué 24:15).

Durante la Guerra de Secesión estadounidense miles de soldados yankis y confederados murieron víctimas del «fuego amigo». ¿Por qué? Porque no tenían uniformes que los identificaban de qué bando eran. Ten muy claro en qué bando estás, y asegúrate que quienes te rodean lo sepan también.

2) Corta las vías de suministro a la carne.

En tiempo de guerra, los generales hacen gran hincapié en volar puentes, autopistas y ferrocarriles para impedir que el enemigo reciba los suministros vitales para ganar. La carne no podrá controlarte si le cortas sus vías de suministro. «…No fomentéis las desordenadas apetencias de la humana naturaleza» (Romanos 13:14).

3) Mantente en contacto con el centro de operaciones.

Hasta los soldados mejores entrenados y con el equipo más avanzado y los mejores oficiales no pueden ganar si están desconectados del comando central. Así que conéctate y «con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu…» (Efesios 6:18 LBLA).

«MAYOR ES EL QUE ESTÁ EN VOSOTROS [EL ESPÍRITU DE DIOS] QUE EL QUE ESTÁ EN EL MUNDO» (1 Juan 4:4)

El ataque de satanás.

Solemos o bien trivializar o bien exagerar el poder de satanás, y cualquiera de esas dos posturas te meterá en problemas. La primera te hace vulnerable; la segunda crea en ti miedos infundados. Saber de qué forma opera satanás -y cuáles son sus armas- te equipará para enfrentarte a su ataque y resistirlo. ¿Cómo se hace?

1) Siendo conscientes de que Dios destruyó totalmente el poder de Satanás con la victoria de Cristo en la cruz. «…Despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz» (Colosenses 2:15). El plan del maligno de destruir a Jesús le salió mal y acabó en una gloriosa derrota que te permite celebrar la victoria en Cristo.

2) Entendiendo que «mayor es el que está en vosotros [el Espíritu de Dios] que el que está en el mundo» (1 Juan 4:4). No hay mayor potestad que el Espíritu de Dios que vive en ti. Si permaneces en Cristo, satanás no podrá controlarte ni vencerte (Juan 15:7). ¿Por qué? ¡Porque tendría que derrotar a Jesús para hacerlo!

3) Entendiendo que puedes vencer a satanás gracias a que Jesús te dio «…potestad… sobre toda fuerza del enemigo…» (Lucas 10:19). El criminal tiene que someterse al policía porque éste va respaldado y avalado por todo el peso de la ley y del gobierno. Cuando te apropias de la autoridad que Dios te ha concedido en Cristo, el maligno no tiene nada que hacer, está obligado a observar los límites que tú le marcas. Él no puede actuar sin tu cooperación, y no tienes por qué ceder ante él. ¡Por eso espera que nunca sepas lo anterior!

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