¿Preocupado por el Dinero?

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¿Preocupado por el Dinero?

«EN EL DÍA QUE TEMO, YO EN TI CONFÍO» (Salmo 56:3)

La solución a las preocupaciones financieras no es necesariamente tener más dinero. De hecho, cuanto más tienes más tienes que perder. Y la idea de perderlo te angustiará más, no menos. Es un círculo vicioso. Buscar seguridad en el dinero es como atar un barco al muelle. Cuando se desencadene una gran tempestad se romperán las amarras y el barco será arrastrado al mar. Entonces, puesto que todos sabemos que vendrán otras tormentas financieras, ¿cuál es la solución? ¿Más amarras? ¿Amarras más resistentes? ¿Unos nudos más fuertes? No, ¡eso te da nudos en el estómago!

Vamos a considerar algunas respuestas bíblicas a las preocupaciones monetarias.

La primera es: Confronta tus temores.

El salmista dijo: «En el día que temo, yo en ti confío» (Salmo 56:3). Ahora bien, puesto que David era rey seguramente no tenía problemas de dinero. Pero temía que sus enemigos lo persiguieran, lo capturaran y lo mataran. Cada uno de nosotros tiene diferentes áreas de preocupación, y las que nos controlan son lo que llamamos «preocupaciones viscerales». A veces puedes hacer que no te afecten; otras, te controlan, te consumen y te hacen actuar de modos de los que no estás orgulloso. El asesor financiero cris tiano Ron Blue comenta que durante años estuvo atrapado por el miedo a no tener suficiente dinero o a perder lo que tenía. Quienes lo rodeaban no lo sabían pero eso era lo que dirigía su vida. Hoy es escritor de libros éxitos de ventas y asesor financiero a multitudes. Pero para llegar allí tuvo que confrontar ese temor visceral, y confiar más en Dios que en sí mismo. Lo mismo tendrás que hacer tú.

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Preocupación Por Dinero

«DIOS NO NOS HA DADO ESPÍRITU DE TEMOR…» (2 Timoteo 1:7 DHH)

Para sobreponerte a la angustia financiera, tienes que:

1) Entender de dónde viene tu ansiedad.

A menos que tu nombre sea Bill Gates, lo más probable es que en algún momento de tu vida experimentes algún tipo de preocupación financiera. Pero cuando el temor se convierte en tu estado de ánimo normal, algo va mal; es hora de destapar la caja. El temor puede ser hereditario, pasado de generación en generación, y te puede atrapar en un ciclo muy difícil de romper. ¡Pero puedes romperlo! Gedeón destruyó el altar donde sus familiares habían adorado a ídolos durante generaciones, aunque éstos se enfadaron con él cuando lo hizo (Jueces 6:25-30). Gedeón sabía que para poder triunfar en la vida no podía confiar en nadi e más que en Dios.

2) Sobreponte a tus fracasos pasados.

¿Hiciste malas inversiones y ahora tienes temor a arriesgarte? ¿Estás acumulando para contrarrestar futuras pérdidas? El problema es que quien no arriesga no gana. En el fútbol, los jugadores que marcan más goles también son aquellos que más fallan. Pero siguen insistiendo, porque si no tiran a la portería nunca van a ganar. Un granero lleno de semillas no produce una cosecha. Es más, cuando el agricultor planta sus semillas es posible que la sequía o las heladas o una plaga puedan aniquilarlas. Pero si no las planta el fracaso está asegurado. ¿Te das cuenta?

3) Espera en la bondad de Dios.

A medida que te vas haciendo mayor eres más reacio a arriesgarte y más propenso a buscar inversiones seguras. Eso se entiende, pero no dejes que el temor te controle. Escribió David: «Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…» (Salmo 23:6). Si esperas en la bondad de Dios, «ciertamente» la obtendrás.

3 COMENTARIOS

  1. cualquier des estabilidad física, emulsiona económica, altera el sistema nervioso ocasionado por lo regular mal genio o depresión, arraigando amargura,agresividad o frustración; pero bien claro lo tenemos cuando sabemos que el control solo lo tiene papa Dios

  2. Dejemos todo en manos de nuestro padre Dios , pedir su dirección en lo que vamos hacer, y manos ala obra

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