¿Cristiano Quién Está Contigo?

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¿Cristiano Quién Está Contigo?

«MEJOR SON DOS QUE UNO…» (Eclesiastés 4:9)

Edward Farr ell dijo: «Escuchar es una rareza. Hay ciertas personas con las que creemos poder hablar porque tienen una capacidad grandísima de escuchar, no solamente a lo que decimos, sino haciéndonos caso como personas. Ellas ayudan para comunicarnos en un nivel nunca antes logrado, y a ser como jamás lo fuimos. En la vida no nos conoceremos realmente a nosotros mismos a no ser que encontremos personas que sepan escuchar y que son capaces de dejarnos salir a flote, desarrollarnos y descubrir quienes somos. Nosotros mismos nunca podemos descubrir cómo somos». Fíjate en estas palabras:

«Hay ciertas personas… que nos ayudan a ser como jamás lo fuimos». Son las personas a quienes más necesitas. Considera estas preguntas: ¿Quién te enseña? ¿Qué persona más madura, más sabia y más experimentada que tú está a tu lado observándote y teniendo en la mente una perspectiva amplia para tu vida? Un entrenador no trata de «correr la carrera» por ti. No, él establece la pauta y valora tu rendimiento. ¿Quién hace esto por ti? ¿Quién ocasiona que tu mente se expanda? ¿Quién causa que te estremezcas cuando expones las muchas facetas de tu ignorancia? ¿Quién no te dejará escapar con una superficialidad espiritual e intelectual? ¿Quién te escucha animándote que sueñes? Los sueños no son proposiciones intelectuales para ser probadas; son la labor de personas dotadas de «vista» que son «fuera de serie», frecuentemente «horribles» y de vez en cuando buenas. Son aquéllas que, cuando otros se ríen y dicen que estás tratando de «construir castillos al aire», te recuerdan que Dios «…llama las cosas que no son como si fueran» (Romanos 4:17). ¡Ésas son las personas que necesitas a tu lado!

¿A quién tienes a tu lado?

«MEJOR SON DOS QUE UNO, PUES RECIBEN MEJOR PAGA POR SU TRABAJO»(Eclesiastés 4:9)

¿Quién te protege?

Cuando los creyentes de Jerusalén no querían saber nada d el recién transformado Saulo, de Tarso (lee Hechos 9:1-19), Bernabé le defendió (lee versículos 26-27). A veces, si estás solo, no tienes voz suficiente y necesitas que otros hablen por ti. ¿Con quién compartes tus tristezas? María de Betania fue la única en aquella casa que comprendió por lo que Jesús estaba pasando al acercarse la hora de su muerte. Solamente ella compartió sus lágrimas (lee Lucas 7:36-38). ¿A quién tienes a tu lado capaz de captar las señales para saber cuándo sientes la necesidad de compartir tus miedos y tus penas? Sí, hay momentos en los que necesitamos unas palabras de ánimo o una palmadita en la espalda, pero también hay momentos cuando hace falta ser motivados para calmarnos y procesar nuestras emociones. ¿Quién hace esto por ti? ¿Quién te reprende, si llega el caso? Aunque se tengas una «visión» perfecta, un «par de ojos» no es suficiente. Siempre hay «puntos ciegos» y Satanás está constantemente dispuesto a recordarte de tus buenas cualidades. Pero un amigo de verdad es el que te expone y desafía tu egoísmo, tu egocentrismo y la confianza en ti mismo, y te ayuda a devolverle a Dios la autoridad que Le has robado. ¿Con quién pasas tus tiempos de ocio? ¿Suena esto a poco importante, incluso carnal? ¡No es así! Jamás debes dejar que las cosas serias de la vida pasen por encima de tu necesidad de recreación, una palabra que sólo se entiende cuando se escribe con un guión: re-creación. ¿Con quién buscas al Señor? Orar juntos nos mantiene honestos y dependientes de Dios. Por lo general somos reacios a abrirnos y a ser sinceros acerca de nuestras áreas problemáticas. Sin embargo, tan sólo en la honestidad de la oración compartida nos acercamos al Señor y el uno al otro.

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