El Poder De La Palabra De Dios En La Biblia

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El poder de la Palabra de Dios en la Biblia

LA LEY DEL SEÑOR ES PERFECTA…” (Salmo 19:7)

De todas las palabras que se hayan pronunciado, sólo “…la palabra de Dios es viva y poderosa” (Hebreos 4:12 CST). Así que al leer la Biblia te apoderas de una fuerza que te cambia la vida. Veamos algunas características y efectos extraordinarios que se atribuyen a la Palabra de Dios en el Salmo 19.

1) “La ley del Señor es perfecta…” (v.1).

Para entender el término “ley”, piensa en las fuerzas que rigen la gravedad, la aerodinámica o la física. Cuando niegas o desafías esas leyes, sufres las consecuencias, pero si operas de acuerdo con ellas, te irá bien. Ya seas que las acates o que las violes, siguen siendo vigentes. Así es la Palabra de Dios. No puede ser mejorada, ni se le puede añadir ni quitar. Es suficiente y eficaz para cumplir con Sus propósitos en tu vida. Hay más: “Infunde nuevo aliento” (v.7 NBD). ¿Por qué no aceptarla?

2) “El mandato del Señor es digno de confianza” (v. 7 CST).

Puedes apoyarte en la fiabilidad y la veracidad de la Palabra de Dios en cada circunstancia de la vida. En un mundo en el que los valores, las condiciones y las relaciones cambian, puedes aferrarte a las Escrituras, seguro de que se mantendrán firmes (y a ti también te mantendrán firme). Es más, la Palabra de Dios “hace sabio al sencillo” (v.7), al ignorante e inmaduro. Te dará una sabiduría superior a la que se pueda adquirir con los estudios y la educación.

3) “Los preceptos del Señor son rectos…” (v. 8 CST).

Los preceptos de Dios son oportunos, correctos y virtuosos, y estamos llamados a “…añadir a [nuestra] fe, virtud…” (2 Pedro 1:5) o sea, excelencia moral. Todo eso no se consigue con nuestra fuerza de voluntad, sino con el poder sobrenatural de la Palabra de Dios.

“LOS PRECEPTOS DEL SEÑOR SON RECTOS…” (Salmo 19:8 CST)

Observa:

1) “Los preceptos del Señor son rectos…” (Salmo 19:8 CST).

Cuando leemos escritos de personas como Platón y Shakespeare el efecto de sus palabras depende de nuestra cultura y situación personal. Para algunos, sus palabras instruyen y entretienen, mientras que a otros les resultan indiferentes o hasta aburridas. Podemos decir que los dichos de estas personas son intrínsecamente neutros; pero no las Palabras de Dios, porque éstas son fuentes de luz y calor que irradian energía espiritual. La Palabra de Dios es dinámica y transmite una energía transformadora que cambia a cualquiera que vive en su “entorno”.

2) “…Los juicios del Señor son verdaderos…” (v. 9 LBLA).

La palabra hebrea para “verdadero” es sinónima de “certidumbre, sinceridad y fidelidad”. Puedes estar totalmente seguro de que la Palabra de Dios es fiable. Te garantiza que Dios dice la verdad y cumple lo que dice. Puedes aferrarte a cada sílaba. Dicho de otro modo, puedes vivir “de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).

3) “…Tus enseñanzas previenen de todo peligro a quienes Te respetan.

Los que Te «obedecen serán recompensados” (Salmo 19:11 PDT). La Palabra de Dios es mucho más que una mera lista de reglamentos. Es como un radar que te avisa cuando corres el peligro de salirte del camino y meterte en problemas. La conciencia por sí sola no basta. “¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas… ¡No permitas que estos pecados me controlen!” (v. 12-13 NTV). Si obedeces la Palabra de Dios, tendrás “gran recompensa” (Hebreos 10:35 LBLA).

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