Un Liderazgo Ejemplar

2

Un Liderazgo Ejemplar

“…Y DE EXHORTARLOS CON ABUNDANCIA DE PALABRAS…” (Hechos 20:2b)

Un buen líder tiene dos características importantes: muestra a los demás adónde va y puede demostrarles las ventajas de ser dirigidos por él. Hay personas con mucho talento que nunca serán unos líderes efectivos porque están mas interesados en ellos mismos que en las personas a las cuáles lideran. Sin embargo, una vez que hayan pasado por la “escuela de los palos”, se vuelven más sensibles a las necesidades de los demás. Pero los líderes eficaces no esperan a que eso ocurra. Ellos saben que el mundo está lleno de ideas, mientras que las personas que las hacen realidad son invaluables. El legendario entrenador de fútbol americano Bear Bryant solía decir: “Solamente soy una ‘mano de obra’, pero he aprendido a mantener unido a un equipo, a cómo levantar el ánimo de algunos hombres y a cómo calmar el de otros, hasta que todos lleven el mismo ‘ritmo’. Sólo les digo estas tres cosas: si todo sale mal: ‘Es por mi culpa’, si sale regular: ‘Lo hicimos nosotros’, y si sale bien: ‘Vosotros lo conseguisteis’”.

Si aspiras al liderazgo, considera esto: los lideres ejemplares son accesibles, no son susceptibles, ni pierden los estribos; nunca permiten que pequeños problemas les arruinen las perspectivas, y siempre ponen una “rodaja de critica” entre dos “rebanadas de elogios”. Robert Louis Stevenson dijo: “Guárdate el miedo para ti, pero comparte la valentía con los demás”. Hay personas que te hieren y otras que te sanan. Animar a los demás significa simplemente darles una “transfusión” de ánimo. Pablo llamó a los discípulos y les exhortaba con abundancia de palabras (cfr. Hechos 20:1,2) ¡Esto es un liderazgo ejemplar! Así que, ¿tienes lo que hace falta para ser un líder?

“Mucha franqueza tengo con vosotros…” (2 Corintios 7:4)

Para entender el liderazgo en su mayor expresión, toma en cuenta al apóstol Pablo; él dijo a los creyentes de Corinto que estaban temerosos y llenos de problemas: “Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros. Estoy lleno de consuelo y sobreabundo de gozo en medio de todas nuestras tribulaciones” (2 Corintios 7:4). A pesar de la inmadurez de la congregación en Corinto y de los “…conflictos…” (2 Corintios 7:5) que había pasado durante su viaje a Macedonia, Pablo era el que más les alentaba. Sabía cómo consolar y corregir, animar y exhortar, que son las características de un liderazgo ejemplar. Alguién dijo: “La corrección hace mucho pero el animo hace más”.

Entonces, ¿qué significa ser un buen líder? Los buenos líderes:

(a) son consecuentes y dan ejemplo “abriendo camino”, de manera que todos saben que lo que se oye “abajo”, ya ha sido puesto en practica “arriba”;

(b) expresan constantemente su aprecio, comprendiendo que todos necesitan saber que son importantes para el equipo;

(c) prestan siempre atención a las sugerencias, opiniones, miedos e ideas, sin prejuicios ni indiferencia. La escritora Betty Bender dijo: “Es un error rodearte sólo de gente como tú. Tira esa vieja y gastada ‘colcha’ y sustitúyela por un colorido ‘edredón’ de personas distintas e imaginativas, ¡y mira cómo manan las ideas!”;

(d) no ven a la gente como si fuera estática; Mary Kay Ash dijo: “Las letras P y G no sólo significan ‘pérdidas y ganancias’ sino también ‘personas y gratitud (amor)’;

(e) explican por qué quieren que se hagan las cosas de cierto modo, porque reduce los errores, y el resentimiento que puede surgir al sentirse uno forzado. Clarence Francis dijo: “Puedes comprar el tiempo de una persona, su presencia física en un lugar determinado e incluso sus habilidades, pero no puedes comprar su entusiasmo, su lealtad y su devoción; éstas tienes que ganártelas”.

“…EXHORTA Y REPRENDE CON TODA AUTORIDAD” (Tito 2:15)

Es muy difícil llevar a otros más lejos de donde tú mismo has llegado, especialmente cuando estás más preocupado por las reacciones que por mantener el equipo en el rumbo correcto. ¿Significa esto que te conviertes en el responsable de todo? No, pero como líder es imposible complacer a todos. Si necesitas aprobación constantemente, acabarás siendo controlado por aquéllos a los que se supone que lideras. Pablo reconoció este punto y por eso le dijo a Tito: “…habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie” (Tito 2:15).

Los líderes inseguros y sin experiencia le dan mil vueltas cuando tienen que tomar decisiones que pueden producir descontento en las filas. Se sienten responsables por las reacciones emocionales de la gente. No se dan cuenta de que cuando hacen lo que deben aunque los demás no estén de acuerdo, es problema de ellos, a no ser que permitas que se convierta en el tuyo. Un líder maduro trata con la frustración y mantiene una buena actitud; escucha la “música”, aunque no le guste la “melodía”. Piensa en esto: cuando eres padre y adviertes a tu hijo que no ponga la mano en el fuego, no es tu responsabilidad que el niño no disfruta escuchándolo, ¿verdad? Esperamos que cuando madure, lo comprenda. Pero la verdad es que a algunas personas no les gusta escuchar la palabra “no”, sin importar la edad que lleguen a tener. De cualquier forma, todos necesitamos escucharla de vez en cuando o nunca estaremos contentos con aquello que no concuerde con nuestros deseos, lo que realmente significa: ¡no llegar a ninguna parte, o meternos en problemas!

“…EL TRABAJO ES DEMASIADO PESADO PARA TI Y NO PODRÁS HACERLO TÚ SOLO” (Éxodo 18:18b)

Los israelitas buscaban a Moisés para cualquier cosa, y eso le agotaba mucho, pues intentaba satisfacer sus expectativas. “Al ver el suegro de Moisés todo lo que él hacía por el pueblo… le dijo:… Desfallecerás del todo…, porque el trabajo es demasiado pesado para ti y no podrás hacerlo tú solo… …escoge… a hombres virtuosos, temerosos de Dios, hombres veraces…, y ponlos sobre el pueblo… Así se aliviará tu carga, pues ellos la llevarán contigo. …tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar” (Éxodo 18:14,17,18,21,22,23).

Pedir ayuda es una señal de fuerza, no de debilidad. Algunos de nosotros estamos orgullosos de nuestra capacidad sobrehumana de poder hacerlo todo. Pero el suegro de Moisés le dijo que lo que estaba haciendo no era bueno para él ni para aquéllos a los que lideraba. ¿Cómo puede ser esto? Cuando Dios te llama y te prepara para hacer un trabajo, y lo sigues haciendo, la gente acaba frustrada y sin poder desarrollarse. El Señor nos creó para que seamos interdependientes, no independientes. Delegar autoridad a las personas apropiadas fortaleció a Moisés para la tarea de guiar a Israel del modo que Dios quería. No puedes ser todo para todos. A no ser que aprendas a delegar, te vas a desintegrar. Recuerda, tú también tienes necesidades legítimas y es incorrecto ser demasiado orgulloso para pedir ayuda.

Como líder, es fácil sobreestimar tu propia importancia. Pablo dijo: “…cada cuál… no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura…” (Romanos 12:3b). Theodore Roosevelt lo expresó de esta manera: “El mejor ejecutivo es el que tiene la suficiente percepción para elegir a las personas adecuadas con el fin de que hagan las cosas que él quiere que se realicen, y el autodominio suficiente para no entrometerse mientras lo llevan a cabo”. Y éste todavía es un buen consejo para el día de hoy.

2 COMENTARIOS

  1. Hermano, Dios le bendiga esta muy bien echo este mensaje solo fallo en esta parte: Pablo reconoció este punto y por eso le dijo a Timoteo: “…habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie” (Tito 2:15). A quien iba dirigido el mensaje era a Tito hermano no a Timoteo o no se si usted piensaque que Tito y Timoteo era el mismo xD, espero no haberlo ofendido

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí