La Autoconfianza En La Vida Cristiana

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La Autoconfianza En La Vida Cristiana

«NO PERDÁIS… VUESTRA CONFIANZA…» (Hebreos 10:35)

Puedes reconocerlos en cualquier grupo, porque tienen ese «algo» especial que los diferencia del resto. ¿De qué se trata? De su sentido de dirección, es decir, de su seguridad de saber adonde se dirigen, además de su concienciación de las capacidades que tienen, de su sinceridad, de sus éxitos anteriores, y de su habilidad para hacer contactos visuales y usar un lenguaje corporal, en una palabra: de autoconfianza. Pablo la tenía. Escucha : «…en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:12-13). Estos versículos no pueden ser separados, porque hay una profunda relación entre padecer los momentos bajos de la vida y disfrutar de sus momentos altos. Pablo descansó en la certeza de que sus fuerzas provenían únicamente de Cristo. Sabiendo esto le capacitó a manejar cualquier circunstancia que se le presentó. La seguridad en ti mismo consiste en enfrentar la situación actual (cualquier obstáculo que encuentras en el camino, cualquier limitación con la que estás viviendo, cualquier condición crónica que te agota, cualquier cosa que ha destruido tus sueños o cualquier factor en tu vida que tiende a derrumbarte), admitiendo que no te gusta, pero sin decir nunca: «No puedo aguantar más». Tan pronto digas: «No puedo aguantar más», estás (a) contradiciendo las promesas de Dios y (b) ignorando los recursos con los cuáles Él ya te ha provisto. Tener autoconfianza significa poder resistir cualquier prueba, ya que Cristo ha puesto su poder a disposición precisamente a través de ti.

NO PERDÁIS… VUESTRA CONFIANZA…(Hebreos 10:35)

¿Quieres tener más autoconfianza? Entonces, haz estas tres cosas:

(1) Determina lo que vales de acuerdo al sistema de valores de Dios y no al terrenal.

En dos grandes hechos, el Señor demostró la importancia que tienes para Él. Primero: Él te creó a su propia imagen, lo que significa que tienes capacidades creativas. Segundo: aunque hubieras sido la única persona sobre la Tierra que necesitara salvación, Él habría enviado a su Hijo para redimirte igualmente, y esto te otorga un valor incalculable. Estas dos verdades inalterables deberían ser la base permanente de tu autoestima.

(2) Rodéate de constructores de confianza, no de demoledores.

Los demoledores de confianza te dan el «complejo de Charlie Brown». Un día, Lucy se puso las manos en las caderas y dijo:«Tú, Charlie Brown , ¡eres un cero a la izquierda!, ¡el último mono!, ¡lo menos que se despacha!, ¡no vales ni para tacos de escopeta! ¿Me he expresado con bastante claridad?». No es de extrañar que Charlie tuviera grandes problemas consigo mismo… Si quieres tener seguridad en ti mismo, rodéate de personas que saquen lo mejor de ti.

(3) Deja de compararte con los demás.

Las comparaciones sólo te hacen sentir como a aquellas dos vacas que vieron pasar un camión de leche en el que se leía: «Pasteurizada, Homogeneizada, Higienizada, con vitamina A añadida». Una miró a la otra y le dijo: «Te hace sentir bastante inadecuada, ¿verdad?». Que sepas que estás más que preparado para la tarea, porque Dios te ha equipado plenamente para la misión que Él te ha encomendado. Descubre tus talentos, desarróllalos y úsalos para su gloria.

NO PERDÁIS… VUESTRA CONFIANZA…(Hebreos 10:35)

La autoconfianza es contagiosa; se extiende por todo tu ámbito de influencia. ¿Cuántos matadores de gigantes había en el ejército de Saúl? ¡Ninguno! Cuando Goliat desafió a los escuadrones del ejército de Dios, ellos temblaron de miedo (lee 1 Samuel 17:8-11). Sin embargo, David, quien vino a traer comida a sus hermanos, evaluó la situación, salió en fe, y mató al gigante. Después de que él se convirtiera en rey, ¿cuántos matadores de gigantes surgieron en Israel? ¡Muchos! Escucha:

«Después… Sibecai… mató a Sipai, de los descendientes de los gigantes; y fueron humillados. Y hubo otra guerra contra los filisteos; y Elhanán… mató a Lahmi, hermano de Goliat, el geteo, cuya lanza tenía un asta tan grande como un rodillo de telar. Volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cuál tenía seis dedos en los pies y las manos, veinticuatro en total; y era descendiente de los gigantes. Este hombre desafió a Israel , pero lo mató Jonatán hijo de Simea, hermano de David. Éstos eran descendientes de los gigantes de Gat, los cuáles cayeron a manos de David y de sus siervos» (1 Crónicas 20:4-8). Ahora bien, ¿por qué crees que no había matadores de gigantes en el ejército de Saúl? ¡Porque él mismo no lo era! No obstante, bajo el mando de David hubo numerosos, ¡porque él sí lo era! Este acontecimiento ilustra el principio que se repite en todas partes de la Biblia :

«Se precisa de uno para que se levante otro». Cuando desarrolles seguridad en ti mismo, aquéllos que te rodeen -amigos, familiares, socios, etc.- también aumentarán sus niveles de autoconfianza. ¿Por qué será? ¡Porque la confianza reproduce confianza!

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