Jesús Venció a La Muerte Por Ti

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Jesús venció a la muerte por ti.

«NOS HIZO RENACER PARA UNA ESPERANZA VIVA» (1 Pedro 1:3)

Ernest Becker escribió un libro titulado La Negación de la Muerte. En él decía que vivimos nuestras vidas ignorando, evitando y reprimiendo la verdad de que somos mortales y de que antes o después tenemos que morir. Señalaba que ésa es la causa de nuestra adición al trabajo, de nuestro querer siempre ser aceptados por los demás y de nuestra obsesión con el dinero y la seguridad material. Becker publicó su libro en 1974 y tuvo una gran acogida, ganó el Premio Pulitzer y se hizo famoso. Ese mismo año supo que tenía cáncer. Ese año se volvió a Dios. Ese año murió.

Se dice que en el estado de Arizona en los EE. UU. se encuentra la fundación criónica mayor del mundo. Por una suma considerable, pueden llenar tu sangre con anticoagulantes, congelar tu cuerpo y almacenarlo en una cápsula de nitrógeno líquido a una temperatura de -320º para que puedas ser descongelado en el futuro. En ese momento la tecnología médica avanzada podrá curar cualquier enfermedad que te causó la muerte y podrás volver a vivir. O si no te gusta pasar frío, otra empresa ofrece «la eternidad en un pisapapeles». Por una pequeña cantidad de dinero ponen tu ADN en una cajita para los próximos 10.000 años para que puedas ser clonado cuando sea conveniente. También te ofrecen la garantía de devolverte el dinero durante esos 10.000 años, aunque no está muy claro quién lo va a recoger si algo sale mal. John Ortberg escribe: «Tratamos de burlar a la muerte con métodos más sutiles: gimnasios, cremas para la piel, cirugía plástica, nuevas dietas, climas más cálidos, mejores medicamentos, doctores más preparados y muchos más. A lo mejor la ciencia nos va ayudar a vivir para siempre, como los de la raza [inmortal] de los Struldburgs en el relato de Gulliver, que estaban sin dientes, sin pelo y sin memoria». Alégrate, Jesús venció a la muerte con su resurrección, garantizando así la nuestra: mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible (1 Pedro 1:3-4 NVI)

NOS HIZO RENACER PARA UNA ESPERANZA VIVA…(1 Pedro 1:3)

El primer cementerio de los EE. UU., Mount Auburn, era tan hermoso que se convirtió en la mayor atracción turística de Boston. Cuando hicieron Central Park en Nueva York, se inspiraron en Mount Aurburn. La aclamación unánime era: ¿Por qué no tenerlo todo igual, pero sin las tumbas? Seguimos intentando tenerlo todo, ¡pero sin las tumbas! Pero no podemos. Vivimos a un latido de corazón de la eternidad. Dos verdades que debes tener en mente son:

1) Dios te puso en esta tierra con un propósito determinado.

¿Ya sabes cuál es el tuyo? ¿Estás dedicando tu vida a ello y haciendo que cuente cada momento? Pablo lo hizo y terminó escribiendo: «El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida». (2 Timoteo 4:6-8).

2) Cuando conoces a Cristo como tu Salvador, lo mejor está por llegar.

Se dice que en su lecho de muerte, D.L. Moody súbitamente se enderezó, abrió sus brazos como si estuviera abrazando algo hermoso, declaró que la tierra estaba alejándose y el cielo acercándose y que era el día de su coronación. ¡Qué forma de partir! No debes temer a la muerte porque Jesús dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?» (Juan 11:25-26). ¡Créelo, es verdad!

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