¿Cómo Superar El Abandono Según La Biblia?

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Superando El Abandono Según La Biblia
Enfrentando El Abandono - Biblia

¿Cómo Superar El Abandono Según La Biblia?

DIJO JESÚS: ¿QUERÉIS ACASO IROS TAMBIÉN VOSOTROS? (Juan 6:67)

Nos preguntamos: ¿Qué haría yo si me dejara y nunca más volviera? Uno de nuestros miedos mayores es ése, ¡el abandono! No hay más que observar a un niño pequeño cuando su mamá sale de la habitación y ver cómo su carita refleja el miedo. Retenemos en nuestra memoria esos momentos traumáticos y luego vuelven a resurgir cuando se desintegra una relación importante en nuestras vidas. Jesús entiende cómo te sientes: Muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él (Juan 6:66). ¿Cómo reaccionó? ¿Con esa indiferencia que dice: No os necesito. ¿Con falsa bravuconería?: Puedo seguir sin vosotros ¿Con venganza?: No me enfado, pero lo tendré en cuenta. No, percibimos claramente la intensidad de sus emociones humanas: ¿Queréis acaso iros también vosotros? (Juan 6:67). Esas palabras reflejan todo: el dolor de la pérdida, la incógnita de saber qué va a pasar, la ansiedad de pensar cómo eso va a incidir en nuestra vida y si vamos a ser capaces de superarlo.

Algunas Respuestas Que Este Articulo Responde: 1) ¿Cómo superar abandono de tu pareja? 2) ¿Superar el abandono? 3) ¿Superar abandono padre? 4) ¿Cómo superar el abandono de una madre? 5) ¿Cómo superar un abandono sentimental? 6) ¿Cómo superar un abandono estando embarazada? 7) ¿Cómo superar el abandono familiar? 8) ¿Cómo superar el abandono del padre de mi hijo?

Cuando te enfrentes al abandono por parte de alguien al que amas y al que te aterroriza perder, recuerda:

1) Tus esfuerzos por guardar a alguien a tu lado en contra de su voluntad no suelen dar resultado. El rogar, manipular, las lágrimas y las promesas a menudo refuerzan su determinación de irse.

2) En algún momento de nuestra vida, todos tendremos que experimentar el dolor de perder a alguien al que amamos o de sentirnos decepcionados. Por eso, Dios nos dice una y otra vez: No temas, porque yo estoy contigo.

3) Tienes derecho a sentir dolor. Los que dicen: No deberías sentirte así hablan con las mejores intenciones pero están equivocados. Reconocer el dolor es el primer paso para el proceso de superación del problema y de ser sanado. No vas a sanar lo que no sientes o no enfrentas. Por lo tanto, acepta tus sentimientos, recibe la gracia de Dios y empieza el proceso de sanidad.

DIJO JESÚS: ¿QUERÉIS ACASO IROS TAMBIÉN VOSOTROS? (Juan 6:67)

Cuando te enfrentas al abandono, tu mayor enemigo es tu propia ansiedad. Te empuja en la dirección equivocada. Debes aprender a enfrentarla si no quieres que tus peores temores se hagan realidad. A continuación veremos algunas pautas que te van a ayudar:

1) No asumas el papel del perseguidor.

La mayoría de las relaciones tienen un «perseguidor» y un «distanciador». Cuando nos sentimos vulnerables asumimos e interpretamos el papel que más nos interesa en ese momento. Cuando uno se distancia, el otro persigue y viceversa. El problema es que cuando persigues a un distanciador y éste se siente agobiado, se distancia más, lo que aumenta tu grado de ansiedad y te lleva a perseguirlo más, creándose así un círculo vicioso. Por ello, aunque no te salga de forma natural, decide por fe dejar de perseguir. De esa manera mermarás la ansiedad en el distanciador y eso hará que deje de distanciarse. Nos aterra soltar a alguien, porque parece que le estamos animando a que se vaya, aunque eso no tiene por qué resultar en su partida, mientras que retenerlo seguro que sí. Para hacer frente a tu ansiedad, deberás hacer precisamente aquello que temes; ese acto reducirá tu grado de angustia.

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2) Controla esos monólogos internos que conducen a la ansiedad porque cuales son sus pensamientos tal es él (Proverbios 23:7).

Tu ansiedad es producto de esos pensamientos y monólogos tuyos, no de tu pareja ni de las circunstancias. Decir: «Me muero si me deja» desata y aumenta tus temores. Créate una lista de mensajes positivos: «Si me deja, sufriré mucho pero con la ayuda de Dios y de mi familia, podré superarlo». Ten en cuenta a Dios, Él es el que cambia las mentes y los corazones. Apóyate en Él y verás cómo Él atenuará tu ansiedad e incrementará tu paz y seguridad.

DIJO JESÚS: ¿QUERÉIS ACASO IROS TAMBIÉN VOSOTROS? (Juan 6:67)

Si dominas tu ansiedad cuando te sientes abandonado, estarás tomando las riendas ahí donde más importa, lo que te beneficiará sobremanera. Veamos unas pautas útiles:

1) Recuerda siempre que tienes control sobre tus pensamientos.

Cuando te sientes ansioso o angustiado, éstos se disparan en todas las direcciones. En esos momentos, debes tomar autoridad sobre tu mente «derribando argumentos» y llevando cautivo todo pensamiento (2 Corintios 10:5). No rechaces tus pensamientos, ni argumentes o razones con ellos. ¡Ordénalos que se detengan! Luego respira hondo y elige un pensamiento alentador de una lista de mensajes basados en la Escritura. Ya verás cómo disminuye tu grado de ansiedad; luego da gracias a Dios por la victoria sobre tus sentimientos.

2) Sal de la sala de espera.

Al esperar que alguien cambie o decidir quedarte estancado en esa situación, estarás dejando tu vida en punto muerto, sujeta a que otros decidan por ti. ¡No es así como Dios quiso que vivieras! «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis» aprovechando bien el tiempo (Efesios 5:15-16). Llena tus días de actividades que merezcan la pena, tomando la iniciativa cuando sea posible y ocupando el tiempo en propósitos gratificantes, sobre todo esos que glorifican a Dios.

3) Ayudar a otros te ayudará a sanar.

La ley divina de la reciprocidad dice que si siembras recoges y si das recibes. Este principio te brinda la posibilidad de ayudarte a ti mismo conforme ayudas a los demás. La Biblia dice: «Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo» (Job 42:10 NVI). Los estudios realizados al respecto revelan constantemente que los actos de altruismo hacen mejorar el estado emocional de los que los practican. Al ayudar a otros, estás instruyendo a tu cuerpo a que incremente sus niveles de endorfinas, lo que intensifica tu felicidad, paz y confianza. Hazlo y verás cómo funciona en ti mismo, no importa el estado de la relación o relaciones que estés viviendo.

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