Eliseo sirvió a los demás hasta su muerte.
Y VUESTRO FRUTO PERMANEZCA (Juan 15:16)
Leemos: Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad que lo llevaría a la muerte, cuando descendió a verlo Joás, rey de Israel [para buscar su consejo] (2 Reyes 13:14).
En su lecho de muerte, Eliseo le dio al rey la estrategia para derrotar a sus enemigos. Eso nos demuestra que puedes animar a otros aunque tú mismo estés desanimado.
Quizás te sientas como un hipócrita, porque las cosas no están bien en tu vida y sin embargo estás ayudando a otros. Pero la realidad es que cuando sales de ti mismo para acercarte a otros en amor, te olvidas de tus problemas, desaparece el desánimo y tú eres el primer beneficiado.
La influencia de Eliseo continuó después de su muerte.
Cierto día Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti Eliseo dijo: Te ruego que me dejes una doble porción de tu espíritu (2 Reyes 2:9).
La Escritura deja constancia de siete grandes milagros realizados por el profeta Elías, su maestro. Cuando Eliseo murió, sólo había llevado a cabo trece. ¿Sería que Dios no le concedió su petición. No, Eliseo murió y lo sepultaron. Vinieron bandas armadas de moabitas a la tierra. Aconteció que estaban unos sepultando a un hombre cuando súbitamente vieron una banda armada; entonces arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo.
Pero tan pronto tocó el muerto los huesos de Eliseo, revivió y se puso en pie (2 de Reyes 13:20-21).
Ése fue el milagro decimocuarto; ¡Sí recibió Eliseo su doble porción! Jesús dijo: Yo os elegí a vosotros para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca (Juan 15:16). Por lo tanto, ora así: Señor, dame un legado de justicia. Haz que mi influencia se extienda más allá de mi vida en la tierra. Dame fruto que permanezca.
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.