4 Pasos Para Predicar Y Convertir Una Buena Predicación En Excelente

4 Pasos para Predicar Y Transformar Un Sermón en Un Gran Sermón

4 Pasos para Predicar Y Transformar Un Buen Sermón en Un Gran Sermón

Escritura: 2 Timoteo 4:1-3 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias.

La mayoría de las personas pueden reconocer un excelente sermón cuando lo escuchan, aunque pueda ser deficil para ellos decir el por qué. Para aquellos de nosotros que tratamos de predicar «buenos sermones», es útil entender lo que se necesita para obtener esas respuestas positivas de nuestras ovejas u oyentes.

Por supuesto, los oyentes varían y tienen diferentes cosas que están buscando en un predicador. La teología de un oyente determinará su sentido del sermón. Aquellos que están comprometidos con una visión espiritual de las Escrituras podrían esperar algo diferente a uno comprometido a una visión más activa de la obra del Espíritu Santo.

El estilo de aprendizaje es un factor para considerar la efectividad de un sermón. Algunos oyentes aprenden mejor a través de la reflexión; otros prefieren un enfoque más activo y participativo. La cultura afectará la evaluación de un sermón. De dónde venimos, a qué generación pertenecemos, nuestra denominación, nuestra situación económica y nuestro género juegan un papel importante en la elección del tipo de predicador al que respondemos mejor.

Sin embargo, si predicar es por predicar, hay ciertas cosas que se pueden decir en general. Si las siguientes cosas están en su lugar, podemos estar bastante seguros de que nuestros sermones serán bien apreciados y conducirán a la clase de respuestas que esperamos. Estos, entonces, son los 4 factores que convierten a una predicación de «buena» para «excelente».

1) Una Buena predicación tiene sus raíces en la Biblia.

Un buen sermón debe encontrar su fundamento en la Palabra de Dios. Muchas cosas buenas podrían ser dichas por un predicador, pero si el oyente no siente que el sermón ha sido útil en usar la Biblia, se quedará corto como un sermón. Esto significa que la Biblia debe ser usada como algo más que un escaparate y si como un punto de partida.

La Biblia gobernará el sermón y será la fuente de su gran idea si el sermón es bueno. Los buenos predicadores saben que Dios aún habla a través de su Palabra. La Biblia es el único instrumento que Dios ha prometido bendecir. Cuando se trata de una buena predicación, en la Biblia es donde está el poder.

2) Un Buen Sermón Ayuda a la gente a oír de Dios.

Esta es una definición de predicación tan útil y cierta. Los predicadores trabajan para conectar a la gente con la voz de Dios.

Si un oyente no siente que ha estado en la presencia de Dios y ha escuchado algo significativo de él, entonces el sermón no pudo haber sido tan bueno. Como tal, el sermón no tiene que encajar en ninguna forma pre-fabricada en particular. El sermón como medio puede ser flexible para responder a los intereses y preocupaciones de cualquier cultura y situación. Si ayuda a la gente a escuchar lo que Dios está diciendo, es un excelente sermón, sin importar el estilo del predicador. Esto subraya, por supuesto, una dependencia de las Escrituras.

4 Pasos para Predicar Y Transformar Un Sermón en Un Gran Sermón

3) Una Excelente Ministración será fácilmente comprendida.

Algunos predicadores parecen confundir la complejidad con la profundidad. En mi experiencia, las verdades simples son las más profundas. Los oyentes pueden entender la buena predicación. Los buenos predicadores trabajan para entender el idioma, la cultura y los intereses de aquellos a quienes predican. Trabajan arduamente para aclarar y unificar la presentación para que no haya confusión sobre lo que están tratando de decir. En la mayoría de los casos, los buenos sermones ofrecen una idea – una idea lo suficientemente profunda pero lo suficientemente simple como para que los oyentes la aprecien y la apliquen a sus vidas.

4) Un buen sermón exalta Siempre la persona de Jesucristo.

Somos predicadores cristianos, lo que significa que cada sermón que predicamos exaltará a la persona de Jesucristo. Aunque no todos los textos son directamente cristocentricos, creo que todos los sermones deben serlo.

¿Qué estamos predicando que un rabino judío no podría decir? ¿Qué estamos ofreciendo que vaya más allá de lo que la gente escucha en un programa de TV?

Al final del día, los predicadores cristianos ofrecen a Jesucristo como la única esperanza de la humanidad. Un buen sermón lo dejará claro.

Estos cuatro pasos o principios se aplican a cualquier excelente sermón que haya escuchado. Un buen sermón integrará la persona y presencia de Dios con la persona y presencia del predicador. Lo divino y lo humano colaboran en el misterio de la buena predicación.

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