Hemos orado….. y hemos esperado……
«La esperanza que se demora es tormento del corazón»
(Proverbios 13:12)
Así dice el proverbio, y es cierto.
El amor, es decir, el Amor de Dios, revitaliza la esperanza.
Su Amor hace posible, lo imposible, porque detrás está su Poder.
Un Poder Amoroso, capaz de llevar a término sus buenos planes.
Su voluntad fue inspirada por Su Amor. La Esperanza espera en el Amor de Dios.
He puesto mi esperanza en lo que Dios tiene deparado para mí.
La esperanza no es un optimismo humano, un deseo, una fantasía.
No es un «ojalá», o un sueño bonito;
es esperanza en el Dios de la Biblia que conquista reinos y levanta muertos
y «llama las cosas que no son, como si fuesen» (Romanos 4:17).
Abraham «creyó en esperanza, contra esperanza (v.18),
«y no se debilitó en la fe» (v.19).
«Tampoco dudó por incredulidad» (v.20).
La Fe en Dios y la Esperanza van juntas.
La fe es en la capacidad de Dios de cumplir Sus Promesas,
y la Esperanza espera el tiempo de su cumplimiento.
«Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado»
(Romanos 5:5)
¡Y ahora entra el amor!
Nuestra fe está puesta aprueba, en la tribulación;
con paciencia esperamos que salgamos triunfantes,
habiendo visto la Salvación de Dios.
Todo el contexto reza así:
«Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación
producen paciencia, y la paciencia, prueba;
y la prueba, esperanza, y la esperanza no avergüenza;
porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado»
(Romanos 5:3-5)
¡Esta es fe!
Pon tu fe en el amor de Dios por ti
y lo que aquel amor te puede dar,
y espéralo.
«Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré
la bondad de Dios en la tierra de los vivientes.
Aguarda a Dios;
esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
sí espera a Dios»
(Salmos 27:13-14)
Fuente Desconocida
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