¿Exalzando tu vida o la de Cristo?

Repasando nuevamente en el libro titulado 
«Llamados a ser siervos de Dios» de Warren W. Wiersbe,
en esta ocasión me detuve en unos párrafos que me llamaron la atención y dicen así:
 «…. Cuando un candidato político aparece en la televisión, el miembro más importante de su
equipo no es el escritor de discursos sino el creador de la imagen, el experto en medios de
comunicación que «vende» el candidato a los espectadores.
Cuando usted se ve a sí mismo más interesado por su «imagen» que por su carácter y su tarea,
usted ha dejado de glorificar a Dios.

Dios es glorificado cuando su servicio produce frutos. Jesús dijo: «En esto es glorificado mi Padre,
en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos». (Juan 15:8).
Hay una diferencia entre «frutos» y «resultados».
Usted puede conseguir «resultados» siguiendo fórmulas de éxito seguro, manipulando a las 
personas o usando sus habilidades carismáticas;
pero el «fruto» viene de la vida.
Cuando el Espíritu de vida está obrando por medio de la Palabra de vida, la semilla plantada
lleva fruto; y ese fruto tiene en sí mismo la semilla de más fruto (Génesis 1:11-12).
Los resultados se cuentan y pronto se convierten en estadísticas silenciosas, 
pero los frutos vivos permanecen y continúan multiplicándose para la gloria de Dios (Juan 15:16).
Déjeme sugerir una evidencia más de que su ministerio glorifica a Dios:
el enemigo se opone a lo que está haciendo.
El apóstol Pablo anunció: «Porque se me ha abierto una puerta grande y eficaz, 
y muchos son los adversarios» (1ª Corintios 16:9).
Las oportunidades y los adversarios generalmente aparecen juntos, 
y los adversarios pueden crear nuevas oportunidades.
Satanás anima a aquellos que se exaltan a sí mismos y dependen de sus recursos,
pero aborrece a aquellos que dejan que el Espíritu de Dios obre y glorifique a Cristo Jesús.
Los problemas en el ministerio le ofrecerán dos oportunidades:
la oportunidad de glorificar a Dios
o la oportunidad de exaltarse a sí mismo……..»
Como hijos de Dios, salvados por la Sangre Redentora del Señor Jesucristo
deberíamos preguntarnos y examinar si nuestra vida; nuestro ministerio, sean cual sea
en la Obra de Dios; nuestro testimonio….. glorifica verdaderamente a Dios 
o sencillamente,
es el medio para honrar y alabar a nuestro ego.
Los tiempos son malos y difíciles y no podemos perder el tiempo
dejándonos llevar por este mundo con sus afanes.
Presentemos nuestras vidas, sin recovecos, en total consagración a Dios,
para ser instrumentos fieles que lleven fruto,
y fruto en abundancia, para la gloria y honra de nuestro Señor y Salvador.
El oponente se levantará haciendo frente, 
pero recordemos que……. 
«Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; 
porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo»
                                                                                   1ª Juan 4:4

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