”No hay mal, que por bién no venga”

El Apostol Saulo (Pablo) en Romanos 8:28 declara-”Sabemos, además, que los que aman a Yahweh, todas las cosas les ayudan a bién, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” El pensamiento del Apostol, pretende concienciar sobre la realidad de que todas las circunstancias en la vida, resultarán para nuestra ayuda. Esto lo dijo para motivar y enseñar, porque en el pensamiento del ser humano siempre ha existido la idea de que solamente lo positivo de la vida es lo que nos ayuda.

El ejemplo más clásico, lo tenemos en el escenario de un matrimonio que tuvo riquezas y grandezas. Pero le llegó el tiempo de la pobreza y la enfermedad, su integridad fue probada. Este fue el patriarca Job y su esposa. En medio de la escasés, el dolor y la enfermedad terrible en el cuerpo de Job, su mujer desesperó y le dijo a su esposo Job-”Aún te mantienes en tu integridad? Maldice a Yahweh y muérete! El le respondió: Como suele hablar cualquier mujer insensata, así has hablado. Pues que? Recibiremos de Yahweh el bién, y el mal no lo recibiremos? Evidenciando Job de esta manera su convencimiento de que el Padre eterno si daba el bién, permitía (permitía,mas no lo envía él) también el mal con un propósito definido. Y en medio de esas circunstancias era mejor permanecer tranquilo y paciente. Porque la justicia y la misericordia dívina se manifestarían en su tiempo, era mejor callar y esperar, ser hallado fiel. Su inquebrantable fe, le dictaba a su corazón, que todo sería por un tiempo, que aquello tendría que pasar, para luego ver la grandeza divina a su favor.

Por esta razón y muchas más, ahora encontramos a el Apostol Saulo diciendole a los Tesalonicenses-”Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Yahweh para con vosotros en Yashúa.” (1 Tes. 5:18) Esta es una exhortación a evitar el extremo de solo dar gracias por el bien recibido, porque en verdad en todo lo que nos pasa en la vida; hay una enseñana, un beneficio, una oportunidad, un descubrimiento, una razón. Mis tías y padres tenían un refrán-proverbio que decía–”No hay mal, que por bién no venga” Enseñandonos lo que ellos habían experimentado, que lo que parecía malo y difícil se convirtió en algo bueno y de oportunidad.

Nuestra experiencia de vida de día a día, nos úbica en un escenario donde tenemos que vivir muy cerca en una relación con el Padre eterno , donde en primer lugar reconocemos su obra para con cada uno de nosotros(as), y si comemos o bebemos lo haremos para su gloria. (1 Cor. 10:31) Teniendo presente que todo tiene su tiempo. Y en todo hay un propósito. Por lo tanto nos toca ser prudentes a la hora de proferir palabras y pensamientos. Ser sabios, y enseñar con nuestra actitud, nuestra calidad de creyentes , nuestra fe activa, que cree, confía y espera en el Señor su perfecta y amorosa voluntad.

PAZ Y BIEN ¡¡¡


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