191- El Blog Me Ha Hecho Prestar Atención

Si hay algo que puedo contar como «beneficio-agregado» del blog, es que me ha enseñado a prestar atención. A cosas que escribir, atención a mi mismo y a las palabras que «hablo» con los dedos, a mis contradicciones, atención al más mínimo detalle de la vida.

Es súper raro que algo que ha empezado (y que sigue como…) un «proyecto de desahogo» me haya servido para tanto (debo contar como el más alto regalo de la blogosfera los incontables amigos, amigos de verdad, hermanos, que caminamos juntos aunque nunca nos hemos visto). Prestar atención es una de las mejores cosas que uno puede prácticar. A veces uno se entretiene tanto en vida espiritual, oficios religiosos, estudios teológicos, que la obra de Dios en pequeñas y grandes cosas, en el día a día, nos pasa por alto. Agotados llegamos a nuestras noches para darnos cuenta que… estamos más «unplugged» que MTV. Nos pasa como a los líderes religiosos del tiempo de Jesús que vino el Mesías y solo se dieron cuenta los que tenían oficios que les permitía «prestar atención»: los pastores de ovejas, unos sabios de oriente que tenían dinero para matar el ocio mirando las estrellas, y par de viejitos que se sentaban en el templo a prestar atención como el más alto ejercicio de conexión con Dios.

Na… ¡Gracias blog!


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