1ra. a los Corintios Capítulo 11



Bendiciones hermanos.



Continuamos con la lectura del libro de 1ra. a los Corintios, hoy con el capítulo 11 que trata cuatro temas como, la vida de la iglesia, abusos en la Cena del Señor, institución de la Cena del Señor y tomando la Cena indignamente.

Padre nuestro, gracias hoy te damos por este nuevo día en el que podemos comenzar alabándote y adorándote, te pedimos tu guía en la lectura diaria, para que por medio de tu Espíritu podamos comprender un poco más de ti y hacer tu voluntad, también te pedimos por este foro por el cual llevamos tu palabra por el mundo y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el santísimo nombre de Jesús amen.



1ra. a los Corintios

Capítulo 11



11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.



LA VIDA DE LA IGLESIA (11.2-34)


11:2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué.


11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.


11:4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza.


11:5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.


11:6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.


11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.


11:8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón,


11:9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.


11:10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.


11:11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;


11:12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.


11:13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?


11:14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?


11:15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.


11:16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.



Abusos en la Cena del Señor


11:17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.


11:18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.


11:19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.


11:20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.


11:21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.


11:22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.



Institución de la Cena del Señor
(Mt 26.26-29; Mc 14.22-25; Lc 22.14-20)


11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;


11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.


11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.


11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.



Tomando la Cena indignamente


11:27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.


11:28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.


11:29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.


11:30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.


11:31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;


11:32 más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.


11:33 Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros.


11:34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.


Notas:


1 Corintios 11:1 1 Co 4.16; Flp 3.17.

1 Corintios 11:2 En esta sección instruye Pablo a los corintios sobre dos temas de disciplina interna: la conducta de las mujeres en el culto (11.2-16) y la celebración de la Cena del Señor (11.17-34).

1 Corintios 11:2 No obstante su posición inferior en la sociedad de aquellos tiempos, desde el principio las mujeres tuvieron una participación activa en la iglesia cristiana (cf. Ro 16.1,6,12; Flp 4.2-3). Pablo reconoce la igualdad en Cristo de hombres y mujeres (Gl 3.28), y permite que ambos oren y profeticen en el culto público (v. 5). Sin embargo sostiene, argumentando sobre la base de Gn 1.26-27 (véase 1 Co 11.7.), que la mujer está bajo la autoridad del hombre, y recomienda que en el culto ellas mantengan cubierta la cabeza como señal de esta subordinación (véase 1 Co 11.5).

1 Corintios 11:2 Pablo alude aquí a las instrucciones o tradiciones propias de la iglesia. Algunas de ellas se refieren a la historia de Jesús (1 Co 11.23; 15.1-3); otras, a la recta manera de creer y de comportarse (cf. también 2 Ts 2.15; 3.6).

1 Corintios 11:4 Su cabeza: Cristo (v. 3). En todo el pasaje se juega con los sentidos literal y figurado de la palabra cabeza.

1 Corintios 11:5 Con la cabeza descubierta: Según la costumbre oriental, la mujer casada no debía salir de la casa sin llevar un velo sobre el cabello y parte de la cara.

1 Corintios 11:5 Su cabeza: probablemente, su marido (v. 3; véase 1 Co 11.2-16.).

1 Corintios 11:7 Pablo parece basar su argumento en Gn 1.26-27, aunque en este pasaje la palabra hebrea traducida por hombre se refiere al género humano e incluye a ambos sexos como igualmente creados a imagen de Dios.

1 Corintios 11:9 Gn 2.18-23; cf. 1 Ti 2.13.

1 Corintios 11:10 Señal de autoridad: probablemente el velo, como símbolo de la autoridad y la protección que ejerce el marido (1 Co 11.5).

1 Corintios 11:10 Ángeles: considerados como guardianes del orden en el mundo y en el culto (1 Ti 5.21).

1 Corintios 11:12 Cf. Gl 3.28. Aquí, reconociendo la reciprocidad de los sexos, Pablo aclara lo dicho en 11.8-9.

1 Corintios 11:15 La naturaleza: Las diferencias entre hombres y mujeres en el modo de vestir se consideran aquí como una expresión natural de las cosas.

1 Corintios 11:18 Entre vosotros divisiones: Cf. 1 Co 1.10-12; 3.3; puede tratarse de discriminaciones sociales a la hora de reunirse para las comidas en común (11.20-22 n.); véase 11.21.

1 Corintios 11:19 Nótese el tono irónico de Pablo.

1 Corintios 11:20 Los cristianos se reunían en un «ágape» o cena común, y, como parte de ella, celebraban la Cena del Señor (Hch 2.46.).

1 Corintios 11:21 La norma era que cada cual aportara alguna comida, para luego compartirla; pero en Corinto había quienes llevaban todo un banquete para sí mismos y no lo compartían con los pobres, que sin duda llevaban muy poco (cf. v. 33-34).

1 Corintios 11:23 El relato coincide aquí básicamente con el de los evangelios, que fueron escritos más tarde; véanse los pasajes paralelos. Véase también 1 Co 11.2.

1 Corintios 11:24 Esto es mi cuerpo: Véase Mt 26.26-28.

1 Corintios 11:25 Jer 31.31-34.

1 Corintios 11:25 Ex 24.6-8; véase Mt 26.28.

1 Corintios 11:26 En esta celebración, la iglesia proclama la muerte del Señor como el acto redentor que tendrá su culminación cuando él regrese.

1 Corintios 11:27 Del cuerpo y de la sangre del Señor: Cf. 11.24-25.

1 Corintios 11:29 En diversos ms. falta: indignamente, y: del Señor.

1 Corintios 11:32 Cf. Dt 8.5; Heb 12.5-11.

1 Corintios 11:33 Cf. v. 20-22.

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