Entre numerosos cafés y buena música de un día libre, me puse a leer antiguos posts, de blogueros, compañeros del camino, y míos. «¿Yo escribí eso?», decía constantemente. Mientras me reía o alarmaba por las cosas que una vez postié.
Algo que noté y que inmediatamente capto mi atención, es lo mucho que yo y otros hemos cambiado:
– Hay ideas que ya no sostenemos.
– Posiciones que anunciábamos radicalmente y que ahora nuestras acciones niegan.
– Disparates que decíamos sin tener la menor idea en que lío nos estábamos metiendo o que queríamos decir.
«Está escrito en piedras», decía antes la gente. «Está escrito en la WEB.» Debemos decir ahora: «Ya no hay forma que lo borremos.» Y eso es súper útil porque tenemos la oportunidad de leer los post de antes y a los que muchas veces debemos volver para recordarnos quiénes somos.
Esos post son como marcas de una jornada que no debemos olvidar, son posiciones que no deben ser abandonadas, ideas que necesitan ser retomadas. Así que: VAMOS A LEER NUESTROS BLOGS HACIA ATRAS. Probablemente nos avergoncemos de quienes somos ahora, pero no vamos a abandonar la radicalidad de un movimiento que no debe morir sino que debe ser llevado a la acción.
Siempre he hablado de lo peligroso que es solo escribir o denunciar sin ponernos la ropa de trabajo y ensuciarnos las manos. Cuando leas tu blog pa´trás te darás cuenta de lo que estoy hablando.
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