79- FUE CULPA DE NANCY

UNA REFLEXION TEOLOGICA-FILOSOFICA SOBRE LA EXISTENCIA DE LOS SANTICLOS

De los pocos recuerdos que quedan de mi aperísima niñez está el día en que descubrí que Santa Claus era mi mamá. No sólo mi mamá, sino mi abuela, mi tía, mi papá (a veces) y unas 10 personas más. ¡Santa Claus no existía! Tenía 4 años y mirábamos el programa de Nancy Alvarez (una psicóloga dominicana que ahora tiene su programa en televisión internacional), se discutía si se debía engañar a los niños con la existencia de Santicló (el nombre dominicano de Santa Claus) o los Reyes Magos. ¡Esos jodidos psicólogos discutían publicamente sin darse cuenta que podían romper el corazón de muchos niños! Eso incluía el mío.

Mientras miraba a mi abuela buscando una negativa, una palabra que me dijera «Son unos mentirosos que no tuvieron niñez…», me dijo con cara de pena: «Temo que Nancy tiene razón…» ¡Wow! Desde ese momento el factor sorpresa de cada navidad o 6 de enero desapareció, y hasta iba con mi madre a comprar los juguetes que quería para esa época del año.

Después de ahí, son muchos los Santiclós que han caído. Santiclós de la religión, Santiclós de la teología, Santiclós de la iglesia, pero también de la vida, de las relaciones, de la política. Lo único que en esos he ganado el factor sorpresa, pues al no estar seguro de la seguridad que tenía cuando esos Santiclós me las aseguraban, ahora debo descubrir qué es, dónde está y por qué me engañaron (algunas veces con buenas intenciones) por tanto tiempo. Obvio que no soy agnóstico porque estoy seguro que puedo encontrar algunas respuestas, aunque no todas, y me siento muy bien con eso.

Lo que si me pregunto es: Si sabían que Santicló era una mentira, ¿qué ganaban diciéndome que existía? Si no me hubiesen dicho que existía nunca me hubiese sentido mal con Nancy (necesito sanidad interior… lo se), y nunca hubiese deseado que existiera. Pero… Si no me hubiesen dicho que existía ¿hubiese deseado su existencia? ¡Pues hagamos una prueba! Aquellas cosas que sospechas que teológicamente tienen una similitud con Santicló, elimínalas por una semana, mira a tu abuela, y luego hablamos a ver qué pasa. Puede ser que nuestra religión siga más al Mago de Oz que a… Dios. Para los que «no practican la religión» (¡Aaa… já!) puede ser que sean más discipulos del Mago de Oz que… de Cristo.


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