Arrepentimiento Sin Frutos No Es Arrepentimiento

Predicación de Juan el bautista: «Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento» (Mateo 3:8).

Para Juan el Bautista, el arrepentimiento no era solamente un lamento y una constricción acompañada con lágrimas. No era una simple “lloradera” por la culpa del pecado. El arrepentimiento, según el profeta, apuntaba a cambios que deberían ser notorios, su llamado era: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento…”  

Y es que el arrepentimiento tiene el firme propósito de afectar esa actitud complaciente que se tiene sobre el pecado, cuando excusamos el pecado, no producimos frutos, el fruto del arrepentimiento es el cambio de actitud, es cortar de raíz esa conducta que nos lleva al pecado. Es como si se tratase de podar una mata, muchas veces esa  “podada” de la vida pasará por un corte doloroso y disciplinario, pero al final se podrán ver los “frutos dignos” de ese arrepentimiento.

Hay una tendencia a justificar el pecado, su práctica e influencia en la sociedad actual. En la nueva reinterpretación del mal, a lo bueno se le dice malo y a lo malo bueno. O lo que es peor muy a lo Maquiavelo, se justifican los medios por el fin.«El fin justifica los medios», y así lo que para muchos es asunto de principios absolutos e inamovibles, para otros es asunto de moral relativa. Pero la palabra de Dios es la misma y contiene el mismo llamado al arrepentimiento.

Los “frutos dignos de arrepentimiento” son las señales visibles que lo que pasó en el corazón afectó mi comportamiento, mi voluntad y mi nueva manera de pensar. Tales frutos apuntan a arreglar las cosas con Dios, pero también arreglarlas con los hombres. De esta manera, no basta solamente con reconocer que se ha hecho mal; a lo mejor se debe estar preparado para hacer una especie de indemnización hasta donde se pueda.

El pecado no es un asunto liviano. Es necesario hacerle frente desde su propia raíz hasta las mismas ramas. Juan decía que lo único que hace a los hombres hijos de Dios no es el pertenecer a una gran herencia religiosa, pues como lo dijo a ellos, “Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”, sino el “hacer frutos dignos de arrepentimientos”. La misma verdad se aplica para nuestros días. Son los frutos del arrepentimiento los que nos hacen hijos de Dios. Esto se logra con un cambio en la voluntad. Si no hay una voluntad resuelta sobre el pecado, él seguirá reinando en nuestras vidas.

El arrepentimiento fue una de las primeras frases con la que comenzaron el ministerio Juan el Bautista y nuestro Señor Jesucristo. «Arrepentíos y convertíos porque el reino de los cielos se ha acercado», fue el grito que se oyó desde el desierto y fue la voz que se oyó en las calles de Jerusalén. Y es este el mensaje que más debe seguir oyéndose en este tiempo. Es a través del arrepentimiento que vienen los cambios sinceros a la vida cristiana.

El arrepentimiento no solo es un cambio en la manera de pensar, pero sí en la manera de actuar. Podemos estar convencidos de que lo que estamos haciendo está mal, y hasta llorar y compungimos por ello, pero hasta que no haya un cambio en mi voluntad, mi condición seguirá igual. Eso fue lo que Juan predicó. Eso fue lo que Jesús enseñó en sus bienaventuranzas. Vengamos al Señor totalmente arrepentido para que él haga los cambios que tanto anhelamos en nuestras vidas. ¡Hagámoslo hoy! 

Paz y bien


Comentarios

2 respuestas a «Arrepentimiento Sin Frutos No Es Arrepentimiento»

  1. Avatar de QUINTIN AVILA
    QUINTIN AVILA

    ME GOSTO ESTE MENSAJE PERO NO LO PUDE BAJAR
    ARREPENTIMIENTO SIN FRUTOS

  2. Avatar de Blogs Cristianos
    Blogs Cristianos

    Los escritos tienen copyright, pueden compartirse usando nuestros botones en las redes sociales, pero no pueden copiarse para ser publicados en otro lugar. Muchas gracias por su comprensión y bendiciones.

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