La palabra vulnerabilidad de inmediato trae a nuestra mente de lo reservado de la memoria sinónimos como: estar frágil, presentar debilidad o poca fuerza de voluntad ante algo.
Es pertinente, más que buscarle sinónimos, lograr definirla, y me atrevería a afirmar que la vulnerabilidad en estos tiempos es una enemiga que constantemente hace frente a las jovencitas y jovencitos de hoy, afrenta a la cual ni tu ni yo escapamos.
Diariamente somos vulnerables a diversidad de cosas, hábitos, personas, músicas, canciones, entre otros, creyendo la mentira de que lo que ahora hago no afectará mi futuro.
Estando tan de cerca, y escuchando el testimonio del hoy Ministro de Dios, Héctor Delgado Román, ex “El Father,” pude mirar con asombro y a la vez con un sentir de agradecimiento a Dios, el dolor que aun invade el corazón de este hombre al saberse responsable de la destrucción que provocó en tantas y tantas vidas alrededor del mundo con la música que le llevo a ganar tanta fama, vidas que en su totalidad eran jóvenes.
Sin embargo en medio de sus palabras, el Espíritu de Dios me hacía entender que este hombre no era un total sino un parcial responsable de esta destrucción, ya que ciertamente el contenido de sus canciones iba cargado de mensajes con antivalores y con nada de moral y buenas costumbres, sino todo lo contrario, pero lo llamo parcial y no total, porque estoy segura de que cada joven que prestó oído a sus letras y melodías tuvo la oportunidad y la opción de huir, de escabullarse de las cadenas con que eran atrapados con cada material del antes artista, cada joven pudo vencer la vulnerabilidad antes de caer, solo era cuestión de decisión propia.
En definitiva somos lo que hemos hecho y lo que hacemos de nosotros mismos cada día.
Lamentablemente, la mentalidad del joven de hoy ha sido invadida por la mentira de creer que mi hoy no repercute en mi mañana, ese pensamiento es muy peligroso.
Lo que tú eliges hacer ahora formará hábitos que tendrás que romper en el futuro, si tú siembras para satisfacer tus deseos tendrás una cosecha de consecuencias, si siembras para agradar a Dios, cosecharas gozo, paz y vida eterna.
Los hábitos son el resultado de buenas o malas decisiones que parecen aisladas e insignificantes, y de actos que siembras cuando tienes doce, quince o veinte años. Siempre cosecharas lo que siembras, ahora mismo estas sembrando lo que haces con tu tiempo, tus hábitos alimenticios, tus hábitos de ejercicio, tu manera de hablar con tus padres, de tratar a tus amigos, de gastar tu dinero y trabajar, tus hábitos de sueño, son hábitos que estas desarrollando hoy.
Las elecciones si importan: los libros y las revistas que lees, los programas de televisión que ves, la música que oyes, las conversaciones que sostienes, los amigos que escoges, la hora de irte a dormir, la hora de levantarte en la mañana, las pequeñas costumbres son determinantes.
No hay hábito más importante que puedas desarrollar en tu adolescencia que la práctica de pasar tiempo a diario conociendo a Dios por medio de su palabra. Cada aspecto de tu vida, a corto o a largo plazo, se verá afectado por ese solo hábito.
En tu mañana, no podrás ser el Hombre o la Mujer que Dios espera si no tienes una relación intima con Él, y eso exige pasar tiempo a diario oyendo su voz en su palabra y respondiendo a Él en oración y adoración.
Tan pronto empiezas a experimentar las bendiciones de meditar en la palabra de Dios y pasas tiempo a solas en su presencia, creo que desearas mantener ese hábito por el resto de tu vida.
Hoy, es mi oración amado Dios, que todo jovencito y jovencita que llegue a leer este articulo pueda conocerte, porque solo el hecho de conocerte les cambiaría por completo y contribuiría para erradicar la actual población juvenil que hoy camina sin rumbo por la calles de mi país. Solo si te conocieran la vulnerabilidad no tendría espacio en su cotidianidad.
Recuerda que Jesús es quien puede hacer Borrón y Cuenta Nueva en tu Vida y eso es por su Misericordia.
Bendiciones!!
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