DESAFÍOS DE VIDA – Tomando Decisiones!


Toma de Decisiones – Corriendo Riesgos
Ben lucha con la toma de decisiones. La marca de su próximo carro, un cambio potencial de carrera, o comprometerse en una relación a largo plazo, sólo aumentan la ansiedad de Ben. ¡Si tan sólo nuestras decisiones no tuvieran riesgos, garantizándonos el resultado deseado! La toma de decisiones nos obliga a:

Aceptar la responsabilidad por el éxito o fracaso de nuestra decisión.
Experimentar directamente cómo esa decisión ayuda o daña a otros.
Identificar la fuente más confiable de sabiduría que nos equipe para tomar esas decisiones.

Toma de Decisiones – ¡Perder la Cabeza!
La toma de decisiones basándose sólo en la naturaleza humana frecuentemente produce serias consecuencias. Cuando nuestros impulsos egoístas influencian las decisiones, poco después viene el desastre. En la Biblia, Abram (Abraham) le ofreció a su sobrino, Lot, la mejor tierra que por derecho le pertenecía a Abram (Génesis 13:8-11). Lot tomó su decisión sin preocuparse por Abram. El deseo egoísta de Lot de tener las planicies más fértiles, con pozos de agua, lo hizo asentarse cerca de las malvadas y pecaminosas Sodoma y Gomorra. Abram, por otra parte, confió en la promesa de Dios (Génesis 12:1-3, 7) sin importar lo que Lot decidiera. La toma de decisiones basadas en las promesas y mandamientos de Dios siempre nos proporciona paz.

Cuando excluimos a Dios de nuestra toma de decisiones, intencionalmente ignoramos las instrucciones de Dios. «Pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones. . . también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron. . . Porque llamé, y nadie respondió. Hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada» (Isaías 66:2-4, RV). Nuestro orgullo y egoísmo sugieren: «Yo haré esto. Si Dios no me detiene, debe estar bien.» En cambio, debe buscarse la dirección y sabiduría de Dios antes de que tomemos cualquier decisión.

Su mente – Ocasiona decisiones impetuosas (1ra de Corintios 3:18-19).
La Presión de los Compañeros – Produce confusión y fracaso (Jeremías 7:24).
La Mente de Dios – Le da a usted sabiduría sobrenatural (Proverbios 2:3-8).
Toma de Decisiones – Una Experiencia de Humildad
Uno de los factores más difíciles en la toma de decisiones es humillarse uno mismo, al admitir que no lo sabemos todo, o que hemos fracasado. El Rey David experimentó personalmente cómo su decisión ocasionó que Israel fuera castigado. Luego de la desobediencia de David, Dios le ofreció tres opciones de castigo — hambruna, destrucción a manos de sus enemigos, o una plaga (1ra de Crónicas 21:7–15). David basó su siguiente decisión en la misericordia de Dios. David comprendió que someterse a los mandamientos de Dios era la decisión correcta, aún si era dolorosa.

Todos cometemos errores graves, decisiones que hubiéramos querido no haber tomado jamás. Moisés ignoró las instrucciones de Dios (Números 20:8-12), Sansón entregó su fuerza (Jueces 16:17-21), y Pedro negó repetidamente conocer a Jesucristo (Juan 18:25-27). Cada uno de estos grandes hombres se humilló pidiendo el perdón de Dios. «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.» (1ra de Juan 1:9).

La trayectoria en cualquier toma de decisión puede ser difícil y larga. Al confiar en los planes de Dios para nuestras vidas, experimentamos paz en las tormentas de la vida. Cualquier decisión que nos acerque más en nuestra relación con Dios asegura el éxito (Jeremías 29:11-13). Cuando sometemos nuestra voluntad (orgullo y motivos egoístas) a la voluntad de Dios, Él nos da los deseos de nuestro corazón (Salmo 27:3-5).

Rocio Rivera


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