«He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no» Éxodo 16:4.
Dios proveyó alimento a su pueblo en el desierto en forma de pan del cielo, llamado también maná que significa literalmente: ¿qué es esto?. A mi me llama la atención en el milagro del maná, el hecho de que Dios les daba el maná que necesitaban a diario, no les daba el maná del día siguiente (excepto el sexto día que recogían el doble ya que el séptimo día no podían recoger ya que era el día de reposo).
Algunos no hicieron caso a la orden divina y dejaron maná para el día siguiente, por lo que «se crió gusanos, y hedió» Éxodo 16:20.
Dios quiere que confiemos en él, quiere convertirse en nuestro proveedor, en nuestro sustento; es por esta razón que nos da lo que necesitamos, como dice la oración más famosa de la historia: el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Esto me enseña que debo agradecerle a Dios por las bendiciones que tengo este día en mi vida y no angustiarme por el día de mañana, así como Dios proveyó el alimento al pueblo hebreo durante cuarenta años en el desierto, va a proveerme todo lo que necesite día a día.
Amén.
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