EL ENGAÑO

Todos podemos ser engañados, el engaño es atractivo, nos llega cuando menos lo esperamos para suplir una necesidad real o creada por él mismo.

La primera dama de la creación fue engañada, en el primer crimen de la humanidad el asesino engañó a su hermano, lo invitó a pasear al campo y lo mató; Abraham, el padre de la fe, utilizó el engaño y por poco lo matan, pero el campeón del engaño fue Jacob, su nombre significa engañador, engañó a su padre, a su hermano gemelo, industrializó el engaño en la casa de su suegro y se hizo rico, luego fue engañado por sus hijos sufrió y lloró hasta que Dios lo cambió.

Pero para cambiarlo lo dejó cojo de por vida, le dijo: “no te llamarás más engañador, te llamarás Israel que significa príncipe de Dios”. Fue un cambio de nombre, de conducta, de productividad, de liderazgo y propósito. Dios le había dicho al abuelo de Jacob, haré de ti una nación grande; la hizo pero primero lo cambió.

Dios puede transformar a cualquier engañador para cumplir su propósito, Dios puede darle a los engañados una salida, la Biblia dice que hay personas que viven engañando y siendo engañados, que utilizan para engañar toda la astucia, Jesús dijo: “Mirad que nadie los engañe”. Lectura: Génesis 32:22-32

En el plano religioso la gente es engañada en nombre de la verdad, los engañadores preparan el terreno en las mentes de gente buena que quiere saber, que desea servir, pero por no tener un asidero doctrinal se convierten en víctimas. Cuídate de no ser engañado.

“Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas” Proverbios 1:10.

Por Ramón Muñoz

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