El Obispo

  • Introducción:

    De acuerdo a la información que tenemos en el capítulo 20 del libro de Los Hechos de los Apóstoles llegamos a la conclusión que la persona que está a la cabeza de la iglesia local tiene tres nombres que definen de alguna manera las diferentes responsabilidades que el siervo del Señor tiene que desempeñar. Se le llama obispo, pastor y anciano. Los escritores del Nuevo Testamento usan indistintamente estos tres sustantivos para referirse a la misma persona que el Señor Jesucristo ha llamado para que cuide la grey del Señor. Por esta vez vamos a enfocarnos en el concepto de Obispo.

    I. Su significado: «Sobreveedor», «Superintendente», «Inspector», «Vigilante».

    El Señor ha puesto al obispo para que éste se encargue de vigilar que no se corrompa ni el cuerpo doctrinal apostólico ni la moral cristiana tal como la enseñó el Señor Jesucristo. El obispo debe estar a la expectativa de las corrientes de pensamiento ya sean religiosas, filosóficas o de cualquiera otra índole que sean una amenaza para la ortodoxia bíblica. En Hechos cap. 20 hay una profecía que afirma que del mismo seno de la iglesia local se levantarán hombres impíos que no tendrán temor de hacerle daño al rebaño del Señor que Él compró con su sangre.

    II. Sus responsabilidades.

    Gobernar la iglesia. (1ª. Timoteo 3:4). Además de lo que se dijo en el punto anterior, es responsabilidad del obispo gobernar la iglesia local, pero debe hacerlo con sabiduría, con imparcialidad y con un espíritu de temor. El apóstol Pedro dice en su primera carta cap. 5 que los obispos no deben tener señorío sobre los que están bajo su cuidado, sino que deben ser ejemplos de la grey. La iglesia del señor Jesucristo no tiene príncipes, sino siervos dispuestos a servir a los demás por amor al Señor. La iglesia verdadera sólo tiene un Príncipe y ese es el Señor Jesucristo que es llamado por el apóstol Pedro «El Príncipe de los pastores»
    Velar por la iglesia como un pastor cuida su rebaño. (Hechos 20:28). Una preciosa ilustración de un buen pastor la tenemos en el Antiguo Testamento, en el primer libro de Samuel 17:34 donde el joven David af9irma que cuando él cuidada las ovejas de su padre si éstas eran atacadas por un oso o un león él se levantaba contra aquellas fieras y las mataba para que no hicieran daño algunas a las ovejas puestas bajo su responsabilidad. De la misma manera como hacía el joven David, así el obispo debe guardar las almas de los miembros que el Señor le ha entregado para que las protejan como es la voluntad del Señor.

    III. Su Fuente de Autoridad

    La Palabra de Dios.
    Todos los creyentes sabemos que la Biblia es nuestra autoridad suprema en todo lo que tiene que ver con la doctrina y la moral cristiana.

    El Espíritu Santo.
    El Señor Jesucristo prometió en Hechos 1:8 que el Espíritu Santo daría a los creyentes el poder para testificar la Palabra de Dios s los perdidos. Cuando los apóstoles predicaron el santo Evangelio muchas veces dijeron: «como dice el Espíritu Santo». Todo obispo de Dios debe afirmar sus declaraciones en lo que dice la Santa Biblia porque ella es la Palabra del Espíritu Santo.

    IV. Sus requisitos.

    Vamos a considerar sólo de los dos pasajes más destacados del Nuevo Testamento donde se mencionan los requisitos que deben tener los obispos del Señor.

    1ª. Timoteo 3:2-7.
    irreprensible.
    Es decir, que no dé motivo alguno para que se le acuse

    marido de una sola mujer.
    La doctrina del Celibato no es de la Biblia, sino de las religiones de misterio de Babilonia y Roma. La Biblia no le impone ninguna regla sobre celibato a los creyentes; lo que la Biblia afirma es que si alguno quiere renunciar al matrimonio para dedicarse totalmente a la obra del Señor, bien puede hacerlo, pero nunca es una imposición, sino u acto de voluntad de parte del creyente.

    Sobrio. Que no pierda el control emocional cuando es provocado o tentado de en las diferentes circunstancias de la vida o del ministerio.
    Prudente
    Decoroso
    Hospedador
    Apto para enseñar
    No dado al vino. No borracho
    No pendenciero
    No codicioso de ganancias deshonestas
    Amable
    Apacible
    No avaro
    Que gobierne bien a su familia
    Que no sea un neófito. Es decir que tenga experiencia y que haya demostrado con su testimonio que es una persona digna de confianza.
    Tito 1: 7-9 Los requisitos que se mencionan en este otro pasaje son básicamente los mismos del pasaje anterior, pero debemos notar algunos elementos nuevos que el apóstol Pablo añade aquí:
    no iracundo
    santo
    dueño de sí mismo
    retenedor de la Palabra fiel.
    Conclusión:

    Conclusión: Ser obispo del Señor es una gloriosa bendición, un gran privilegio que el Señor en su gracia nos ha dado, pero es una gran responsabilidad. El destino de miles de hombres y mujeres, en un sentido, dependen del obispo porque si éste no es fiel en la predicación de la Palabra o en su testimonio personal, las personas que nos rodean serán afectadas en el sentido de que no creerán la Palabra de Dios y por lo tanto se irán al infiero por una eternidad. Estimado colega, sea fiel en el ministerio que el Señor le ha encomendado.

    Por: Esaú Crespo
    http://www.iglesiabautista.org/sermones/view/?id=14

    Si tu pastor no cumple con lo anterior expuesto, el mismo no es un obrero aprobado por Dios. ESCAPA POR TU VIDA.

    Lourdes


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