Es necesario que activemos nuestro SACERDOCIO a fin de que se manifieste la RESTITUCIÓN de todas las cosas perdidas en estos últimos tiempos.
Hay una demanda divina en nuestros días: aprovechar bien los tiempos. El Señor ha dejado revelado claramente en las Escrituras los tiempos de cada día para ejercitar por medio de la oración el oficio sacerdotal.
El pensamiento mágico que impera en los creyentes que se congregan en las iglesias de hoy debe ser quebrado y deshecho por el poder del sacerdocio.
Sólo así veremos como los hijos manifiestan el poder, inherente en ellos por creación y especialmente por redención, de cambiar las circunstancias que los rodean y pretenden determinarlos en sus límites.
Dios desatará su poder de Restitución sobre el Cuerpo de Cristo hoy, si los escogidos encuentran mentores que los capaciten para la obra del servicio (ministerio) de su Propósito.
Los invito a dejar que el Espíritu de la Profecía se mueva sobre su vida impartiéndole la siguiente enseñanza:
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