El papel hermenéutico de la teología sistemática

Graeme Goldsworthy

Graeme Goldsworthy

La teología sistemática, o doctrina, provee la estructura de fe y creencias conceptualizadas con la cual cada uno de nosotros debe pararse para ir a la Biblia con fe, buscando entendimiento. La doctrina cristiana es la aplicación del texto bíblico a la vida contemporánea del cristiano en la comunidad de la iglesia y en el mundo. Aunque esto no tenga que estar formalmente expresado como teología sistemática, la verdad bíblica es doctrinal y es la base para las formulaciones doctrinales. Kevin Vanhoozer enfatiza la necesidad de ser claros acerca de lo que queremos decir con la palabra doctrina. Su punto de vista es que “doctrina es la dirección para la apropiada participación de la iglesia en el drama de la redención en curso.”

Cualquier expresión de la forma en que la Biblia influencia nuestro entendimiento de Dios, la salvación, la existencia y conducta humana es doctrinal. La doctrina coloca en términos explícitos lo que a menudo está implícito en la Biblia. Es la cristalización de la enseñanza bíblica acerca de la vida del pueblo de Dios en la iglesia y el mundo.

La iglesia contemporánea está a pasos firmes volviéndose post-denominacional. Las antiguas lealtades denominacionales no figuran tanto como antes lo hacían. Una ventaja de esto es que los evangélicos se sienten más libres para buscar una congregación donde puedan encontrar buena enseñanza bíblica. Una desventaja es que esto parece tener una relación con la negligencia de la doctrina. Las personas tienden a no preguntar por qué uno debería ser bautista, presbiteriano o anglicano, esperando respuestas en términos doctrinales. Me parece que esto puede ser algo malo, incluso cuando puede ayudar a evitar peleas sin sentido. Estoy convencido que una actitud saludable hacia la doctrina, hacia la teología sistemática, es esencial para una actitud saludable hacia la Biblia y su interpretación.

Por la historia sabemos que la formulación de dogmas fue grandemente estimulada por la necesidad de combatir los errores que aparecían. Es conocido que esto no era simplemente una cuestión de colocar puntos sobre las I o rayas sobre las T, sino que era una cuestión de vida o muerte por causa del evangelio. En gran parte del evangelicalismo popular, el evangelio ha sido sumergido en un mar de subjetivismo. En muchas iglesias, la doctrina tiene mala fama y es descrita como cerebral e irrelevante. Sin embargo, debemos sostener que en el nivel más simple la teología sistemática es la formulación temática sobre lo que, basados en la información bíblica, los cristianos deberían creer como enseñanza de la revelación divina. Es la sistemática que relaciona los temas individuales con una percibida unidad de la verdad. Esto envuelve un proceso de abstracción desde la información individual exegética para que la unidad que subyace la diversidad de textos sea perceptible.

Históricamente se han acuñado y apropiado términos técnicos que requieren control riguroso y distinciones claras, pero que permiten a los teólogos discutir las abstracciones con la suposición de que hay acuerdo en el significado del lenguaje técnico. Toda persona pensante se compromete en tal actividad de abstracción e acuñación de términos técnicos, incluso desde su niñez. Es el contenido, no el proceso intelectual, lo que hace diferente a la teología. Por alguna razón aparentemente perversa, los cristianos se resisten a la tarea cuando van a la verdad bíblica, muchos lo describen como intelectualismo árido, mientras que al mismo tiempo se vuelven expertos en muchas otras áreas de conocimiento que son igual de abstractas y técnicas pero menos provechosas.

Graeme Goldsworthy. Gospel-Centered Hermeneutics. Downers Grove: InterVarsity Press (2006). Pp. 163-165.

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