Lo había estado esperando por algunas semanas y llegó. Este era el fin al letargo ministerial que estaba atravesando su iglesia: un paquete con lo último en restructuración eclesial. Todo con DVD y suficientes manuales para cada participante.
A alguien le funcionó en tierras lejanas así que, compartía su sabiduría y experiencia por un módico precio. Algo caro para él ¡pero qué más da!
Antes de abrirlo se detuvo por unos minutos y arrodillado sobre la caja lloró.
En la tapa se leía: «Prometemos revitalizar la vida de tu congregación, convertir a tus miembros en cristianos contagiosos y en pocos meses verás como el número de asistentes a tus servicios aumenta. ¡O te devolvemos tu dinero!»
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