EL QUE PERSEVERE

Por Jack Fleming

Mt.24:12-13“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.

Una de las características que identifica a una secta religiosa, es su total sumisión y dependencia a sus líderes que la gobiernan. Estos han logrado elevarse a un pedestal de omnipotencia, gracias a dos postulados antibíblicos que explotan para controlar y manipular sus congregaciones. Uno es que hay que trabajar para ganarse la salvación, y el segundo: que la salvación se pierde. Aunque ambos son congruentes en el mismo principio que es contrario a la enseñanza de las Sagradas Escrituras: que las obras son necesarias para la salvación.

Dios dice algo totalmente opuesto en su Palabra, Ef.2:8 dice que somos salvos por fe, no por obras. Lo mismo se reitera en Tito3:5 “Nos salvó, no por obras que nosotros hubiéramos hecho”.

La Biblia no puede contradecirse, porque dejaría de ser la infalible Palabra de Dios. Ante estas aparentes contradicciones, debemos entender que una de las dos debe interpretarse de una manera diferente. Es necesario leer con atención sus contextos, y veremos que en una de ellas se refiere a otra situación distinta.

Dios no puede decir en forma tan categórica que somos salvos por fe, no por obras, y en otro pasaje desautorizarse diciendo que las obras son necesarias para la salvación; que nosotros debemos perseverar para no perder la salvación, que depende de lo que nosotros hagamos.

Cuando examinamos cuidadosamente los pasajes, debemos quedarnos siempre con aquél que no admite otra interpretación y tiene coherencia con el resto de la enseñanza general de la Biblia, entonces es cuando debemos buscar la correcta interpretación del otro pasaje en conflicto, escudriñando en su contexto con oración para que el Espíritu Santo nos guíe a toda verdad, y luego de esa actitud reverente y cuidadosa, si es que hay en nosotros un espíritu de sumisión, esa aparente discrepancia desaparecerá.

Pero si leemos la Biblia buscando confirmar lo que nosotros creemos, porque así se nos enseñó u otros piensan igual, entonces nunca llegaremos a la verdad y estaremos siempre solamente buscando versículos sueltos que vengan a corroborar nuestra posición saltando de un lado para otro en la Biblia, pero siempre omitiendo explicar aquel pasaje que dice lo contrario.

Ud. verá que los que dicen que las obras son necesarias para la salvación, nunca explican aquellos pasajes que dice que somos salvos por fe, no por obras; sino que siempre el interés de ellos será el de llevarlo a otro versículo que pareciera decir lo contrario. Con esa actitud lo único que hacen, es intentar probar que en la Biblia existen contradicciones y por lo tanto no es confiable ni de origen divino.

La obra de nuestra redención depende 100% de Dios, en ella no existe ningún ingrediente humano. Cuando Cristo murió en la cruz dijo: “Consumado es”, ya todo está terminado, no hay nada más por añadir.

En Jn.10:28 el Señor dice: “Yo les doy vida eterna; y no perecerán JAMÁS, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Él dice que nos da la salvación, es un regalo de Dios; no nos perderemos jamás (nunca más), porque estamos en su mano. Aún la seguridad depende de Su cuidado y poder, Filp.1:6 “estamos persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará HASTA el día de Jesucristo”.

Es más, en 2Tm.2:13 dice: “si fuéremos infieles, él permanece fiel”. La seguridad de nuestra salvación no depende de nuestras fuerzas, sino de las de nuestro Padre celestial. Al igual que un niño que camina de la mano de su padre, permanece junto a él, pese a los esfuerzos que hace por soltarse de la mano; no se separa de su progenitor no porque el niño se coge con fuerza, sino por la fuerza del padre que lo retiene junto a él.

La salvación es obra de Dios, la preservación de ella también depende de Su fidelidad, de Su poder, no del nuestro. Entonces ¿por qué hay tantos líderes religiosos que insisten que hay que trabajar para asegurarse la salvación, de lo contrario la perderán?

Una congregación que viva bajo el terror que su salvación se puede perder, son personas fácilmente manejables y que van a estar siempre buscando la protección de las cuatro murallas del “templo”, porque automáticamente piensan que si se van desde allí, pierden su salvación, se van al mundo y como consecuencia, al infierno.

Además se les enseña que deben asegurarse su salvación, trabajando haciendo obras, aunque sea cocinando o vendiendo números para rifas. Como vemos, esta clase de enseñanza da a esos líderes un control absoluto sobre la congregación. Todos tienen temor de abandonar esas iglesias y se mantienen muy ocupados trabajando para asegurase su salvación, y aumentar así los ingresos económicos a esa clase de líderes.

Los versículos que son muy explotados en esos lugares, son Stgo.2:26 “la fe sin obras está muerta” y Mt.24:13 “Mas el que persevere hasta el fin, ese será salvo”. Ambos versículos sacados totalmente de sus contextos. También argumentan humanamente diciendo: “entonces si la salvación no se pierde, podemos pecar libremente porque de igual manera llegaremos al cielo”. Estos ignoran lo que es un corazón regenerado, donde ahora mora el amor a Dios y la santidad con la cual el Señor nos ha revestido. El verdadero creyente que ha nacido de nuevo, solamente desea agradar a su Amado, porque el mundo ha perdido el atractivo que antes tenía; no peca por miedo al infierno, sino por amor a su Señor.

En esta oportunidad me voy a ocupar de Mt.24:13 “el que persevere hasta el fin, ese será salvo”. Si leemos este versículo aisladamente del resto del capítulo, pareciera que tuvieran razón, pero la Biblia ha de interpretarse en su conjunto. Lea todo el capítulo 24 y analice imparcialmente, sin prejuicios preconcebidos, cual es su verdadera interpretación.

Comienza en el versículo uno diciendo que Jesús salió del templo, y mientras observaban los edificios les dice en el versículo dos: “no quedará aquí piedra sobre piedra”. Luego en el versículo tres los discípulos le preguntan: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo”.

Le hacen tres preguntas, la primera es cuando serán esas cosas que recién el Señor les reveló, que el templo sería destruido. La segunda es en relación a las señales de su venida en gloria para establecer su reino en la tierra, porque ellos, como todos los judíos, estaban aguardando el reino de Cristo en la tierra. Aún después de su resurrección, en momentos previos a su asunción, le vuelven a preguntar (Hch.1:6) “¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?. Y la tercera pregunta era cuando sería el fin para dar paso a la eternidad futura, el estado eterno de todas las cosas.

El Señor comienza su respuesta con una advertencia, vr.4 “Mirad que nadie os engañe”. Él sabía que estos últimos tiempos serían tiempos peligrosos, porque se levantarían muchos engañadores, falsos profetas como dice en 2Tm.3:1-5 “en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella, a éstos evita”. Esta siniestra lista que identifica muy bien a muchos de nuestros días, culmina con “tendrán apariencia de piedad”. Esto nos advierte que serán personajes que estarán en las iglesias, y la recomendación del Señor es: “a éstos evita”. Como también lo hace en 2Cor.6 “salid de en medio de ellos, pueblo mío”.

En 2Ts.2 Dios nos revela algunas características previas a la venida del Señor, verso 3 “Nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que antes venga la apostasía”. Que estamos en medio de la apostasía, a ningún cristiano verdadero le cabe la menor duda.

Esto y muchas otras señales nos da la certeza que la venida del Señor es inminente. Cristo vendrá como dice en Rm.11:25 cuando haya llegado la plenitud de los gentiles, es decir, cuando el número de salvados que integran la iglesia este completo, ENTONCES, dice Dios: “luego todo Israel será salvo”.

Dios entrará en tratos con Israel una vez que la iglesia haya llegado a su plenitud y se la lleve al cielo. Israel quedará en la tierra, donde se dará comienzo al período que la Biblia denomina “la Gran Tribulación”. Es durante ESE tiempo, que serán siete años de juicios, donde Israel será salvo.

Dice en 1Ts.4:16 “el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Primero saca su iglesia del escenario del mundo, se la lleva a las moradas celestiales que él fue a prepararle; entonces aquí en el mundo se presenta el anticristo, quien toma pleno control (político, económico, militar y religioso). Hoy no lo puede hacer, porque el Espíritu Santo que mora en la iglesia se lo impide 2Ts.2:7 “Porque ya está en acción el ministerio de la iniquidad; sólo que hay QUIEN al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Entonces se manifestará aquel inicuo” vr.9 “inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos”. Esta es otra razón más, que el verdadero cristiano debe tener en consideración para no estar desviando su fe, para fijar su atención en señales y milagros, porque hasta Satanás los puede hacer.

Vr.10 “Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso para que crean la mentira”.

Este es el tiempo de angustia que profetizó Daniel para su pueblo Israel, la Gran Tribulación. Serán salvos, pero así como por fuego.

En Daniel 3 se nos relata la experiencia de los tres amigos de Daniel que fueron arrojados a un horno de fuego, por rehusar adorar una imagen del rey. Éste, lleno de ira se acercó al horno, y estupefacto contempló lo siguiente, Dn.3:25 “He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño, y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses”. Luego salieron del horno los tres judíos.

Esto es figura de cómo irán a ser salvos los judíos durante la Gran Tribulación, por perseverar hasta el fin, si se mantienen fieles en medio de los juicios que estarán azotando la tierra durante siete años. Cuando la iglesia sea arrebatada a los cielos, no habrá nada que le impida al anticristo tomar el control pleno; será el dictador mundial.

Dice en Ap.13 que hará que todos los moradores de la tierra adoren su imagen, y mandará poner su marca en sus manos o sus frentes; nadie podrá comprar ni vender sin esa marca. Durante ese período de la gran tribulación, los que perseveren hasta el fin, rechazando adorar y recibir la marca de la bestia, ellos serán salvos.

En ese tiempo, cuando previamente llegó la plenitud de los gentiles, la iglesia fue sacada del escenario del mundo y ella se encuentre en las moradas celestiales; será cuando llegue la salvación para Israel por perseverar hasta el fin, de esto está hablando el Señor en Mt.24, de la salvación de Israel, no de la iglesia.

Los discípulos judíos le habían preguntado por las señales del fin siglo, de lo que sucedería al final de los tiempos a los de su nación. Jesús comienza a describirles los sucesos de la gran tribulación, período en el cual la iglesia ya no estará en la tierra, sino en el cielo; porque –Cristo pagó el juicio por todos nuestros pecados y Dios no demandará dos veces el pago por los mismos pecados.

Dice en Mt.24:9 “Entonces os entregarán a tribulación” –a los judíos. Vr.13 “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Vr.21 “porque habrá entonces gran tribulación”. Notamos que el verso 13 está en medio de dos alusiones a la gran tribulación, por lo tanto corresponde a ese período en la tierra, cuando la iglesia ya está en los cielos. En ese tiempo, el que persevere hasta el fin, será salvo. Obviamente que se refiere a Israel, y esto se aprecia claramente en su contexto de este mismo capítulo 24 de Mateo.

Dice el verso 14 “y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo”. La iglesia no predica el evangelio del reino, sino el evangelio de la Gracia. Ese evangelio del reino será el que predicarán los 144.000 israelitas, 12 mil de cada una de las doce tribus de Israel, como dice en Ap.7 refiriéndose a los salvados por medio de la predicación de ellos. Dice el vr.14 “Estos son los que han salido de la gran tribulación” y añade en el verso 15 “Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche EN SU TEMPLO”. Estos son judíos salvados de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas. Pero son judíos, porque de lo contrario no podrían estar en el templo, porque los extranjeros no tienen acceso a él. Además el número de gentiles que se salvan, quedó completo cuando llegó la plenitud de ellos; y esto sucedió el día del arrebatamiento de la iglesia. Es lo que enseña también en Mt.25 al mencionar cuando vino el esposo, la puerta se cerró definitivamente.

La iglesia está en las moradas celestiales, en la Nueva Jerusalén, y dice en Ap.21:25 que allí no habrá noche, y en el verso 22 aclara que tampoco hay templo, porque ese nunca ha sido lugar para los gentiles, sino que exclusivamente para la nación de Israel.

En Mt.24:15 dice además: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo” es decir, en el templo, “la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel”. Se refiere a todos los acontecimientos relacionados con la nación de Israel que se menciona en Dn. capítulos 9 y 12 (Dn.9:24 le dijo Dios a Daniel: “sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad”).

Mt.24:20 dice: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo”. El día de reposo se relaciona con Israel, no con la iglesia.

Mt.24:21 nos recuerda a qué período se está refiriendo: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”

Mt.24:22 nos habla de los escogidos, -de la nación de Israel.

Mt.24:29 dice: “e inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.

Después de estas grandes señales, al final de la gran tribulación, vendrá el Señor y pondrá sus pies sobre el Monte de los Olivos; entonces todo ojo le verá y se mostrará como el relámpago que se muestra desde el oriente hasta el occidente. Antes vino como ladrón en la noche, sin ser visto por el mundo, en las nubes, y la iglesia le recibió en el aire.

Cuan diferente es la salvación que el Señor ofrece en el día de la Gracia. Sois salvos por medio de la fe, no por obras. Jesús dice: “Yo les doy vida eterna, y no perecerán JAMÁS, ni nadie las arrebatará de mi mano”.

“Si fuéremos infieles, él permanece fiel”.

La salvación es un regalo inmerecido que Dios nos hace. Y como tiene su origen y cuidados divinos, JAMÁS se podrá perder, como lo afirma el Señor en Jn.10:28, depende del poder de Dios, no del nuestro.

Los hijos de Dios que constituimos Su iglesia, hemos recibido vida eterna, salvación eterna, para siempre, Gracias al Señor por ello, Amén.

Fuente:  http://www.estudiosmaranatha.com/


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