ESTUDIO 21. CONSEJOS VARIOS

SANTIAGO 5:12-20

12 Sobre todo, hermanos míos, no juren: ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Cuando digan «sí», que sea sí; y cuando digan «no», que sea no, para que Dios no los condene.[d]

La oración

13 Si alguno de ustedes está afligido, que ore. Si alguno está contento, que cante alabanzas. 14 Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos[e] de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. 15 Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. 16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder. 17 El profeta Elías era un hombre como nosotros, y cuando oró con fervor pidiendo que no lloviera, dejó de llover sobre la tierra durante tres años y medio.[f] 18 Después, cuando oró otra vez, volvió a llover, y la tierra dio su cosecha.[g]





Santiago culmina su carta a los seguidores de Jesús con un serie de consejos que, como no podía ser de otra manera, son muy prácticos y fáciles, si se desea, de incorporar en nuestra vida cotidiana.

Indica que hemos de ser personas de tal integridad que nuestra palabra, sea en sentido positivo o negativo, sea suficiente, que no sea preciso apelar ni a Dios ni a nuestra madre para darle valor.

En sus palabras, un remedio contra la tristeza es la oración y una expresión de alegría es la alabanza, el reconocer quién, cómo y qué hace Dios en nuestras vidas.

Santiago nos indica una práctica que en muchas comunidades de Jesús hemos dejado de practicar y hemos puesto a un lado, el orar y ungir con aceite a los enfermos. Es un consejo bíblico y, sólo por eso, deberíamos de continuar practicándolo.

Santiago habla del poder de la oración de la gente vulgar y como el Señor puede actuar, aunque no sepamos cómo ni de qué manera, en respuesta a la misma. Para dar más fuerza a su punto indica que así sucedió con Elias, quien es calificado de persona sujeta a las mismas debilidades e inconsistencias humanas que nosotros.

Pero, mi punto favorito de todo este final de la epístola es cuando Santiago habla acerca de la importancia, el valor y las implicaciones que tiene el ayudar a alguien que se ha extraviado, perdido, desorientado de su camino. Quiera Dios que como agente de restauración eso sea algo que caracterice toda mi vida.


UN PRINCIPIO

Ser agentes de restauración.

UNA PREGUNTA

¿Cuántas de las cosas que menciona Santiago son una realidad en mi vida?

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