Moscú, 28 de abril, . El consumo de refrescos con gas puede provocar envejecimiento prematuro por contener fosfatos, según un estudio que recoge hoy el diario británico The Daily Mail.
Los fosfatos actúan como potenciadores del sabor de refrescos y son utilizados también en la fabricación de productos cárnicos, del pan y de la repostería. Según un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard, su consumo hace que la piel y los músculos se resequen, y puede afectar al corazón y a los riñones.
Para comprobar el efecto que tienen los fosfatos sobre el organismo de un ser vivo, los científicos realizaron un experimento con ratones, a los que dividieron en tres grupos.
Los roedores del primer grupo eran transgénicos y tenían un gen llamado «Klotho» que causa el aumento de los niveles iniciales de fosfatos. Estos ratones desarrollaron distintos problemas de salud relacionados con el envejecimiento prematuro por lo que vivieron sólo entre 8 y 15 semanas.
Los animales del segundo grupo, sin el gen «Klotho» y con unos niveles de fosfatos dentro de la normalidad, vivieron una media de 20 semanas. Los ratones del tercer grupo tampoco tenían ese gen pero recibieron alimentación rica en fosfatos y murieron todos a las 15 semanas, al igual que sus congéneres del primer grupo.
Según los investigadores, su experimento demuestra que el consumo de grandes cantidades de fosfatos tiene graves efectos tóxicos. Dos latas de refrescos con gas a la semana bastarían para aumentar considerablemente el riesgo de problemas como fragilidad ósea o debilidad muscular, acelerando el envejecimiento.