EXAMINARSE

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Pablo nos exhorta a “examinarnos” a nosotros mimsos y a “probarnos”, para ver si estamos en la fe o no.
Este es un tema que casi no se toca en las iglesias hoy. Si alguien dice que es un cristiano, damos por sentado que lo es (para no “juzgarlo”). Pero el mensaje de la Escritura es un poco más realista… y por esto es también preocupante.
La Biblia menciona…
(2Cor 13.5)
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Falsos maestros… falsos profetas… falsos apóstoles… falsos Cristos… y un falso evangelio. Entonces, ¿por qué es que creemos que todos los que se llaman “cristianos”, lo son?
En la Iglesia de hoy, hay muchos “falsos convertidos” (personas que han experimentado una “falsa conversión”).
Son como los que dicen “Señor, Señor…” (¡y son muchos!) pero no son salvos. Pablo sabía que “de vosotros mismos” se levantarían hombres que no formaban
parte del rebaño (se veían como cristianos, pero no eran). Hay personas en las iglesias hoy en día (aun en esta) que han “creído en vano”.
(Mat 7.22-23)
(Hech 20.29-30)
(1Cor 15.1-2)
No tienen la salvación, aunque creen que sí. Entonces, haremos bien siguiendo el consejo del Apóstol: Examinarnos para ver si estamos en la fe
¿Cómo lo hacemos? ¿Según el parecer de cada uno? Necesitamos una “norma”… una “regla universal”… una “vara de medir” que es santa, buena y justa.
La norma—la vara de medir—con la cual nos podemos examinar es “la ley de Dios”—los 10 mandamientos (que Dios escribió en 2 tablas de piedra… y también en nuestros corazones).
(Rom 3.19-20)
o o
Para los inconversos, la ley sirve para mostrarles su condición.
Para los santos también, porque si alguien no “se deleita” en la ley de Dios, debe preguntarse por qué.
La ley es santa, justa y buena.
La ley es espiritual.
El nuevo hombre (el espiritual que tiene la naturaleza divina por el nuevo nacimiento) se deleita en la ley de Dios.
(Rom 7.22)
(Rom 7.12)
(Rom 7.14)
o Entonces…
El mandamiento es lámpara… La enseñanza es luz….
Prendamos la luz de la ley de Dios esta mañana para examinarnos y ver si estamos en la fe o no.
¿Qué dice la Biblia acerca del día del juicio cuando el Juez Justo (Dios) juzgará al mundo entero por Su ley (los mandamientos que son “santos, justos y buenos”)?
(Prov 6.23)
Examinarse – Página 1I. Después de la muerte, en el día del juicio, cada uno tendrá que darle cuenta a Dios de su vida, aun de cada palabra ociosa.
Mas yo [Cristo Jesús] os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. [Mat 12.36]
La Biblia dice que Dios… Ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia… [Hech 17.31]
II. Él juzgará a todos según Su norma perfecta de la justicia: La “Ley de Dios”, los 10 mandamientos.
Es una ley que fue escrita en 2 tablas de piedra, pero que también está escrita en los corazones de todos los hombres.
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. [Rom 2.14-16]
A. La ley, entonces, es la “vara de medir” de la justicia de uno. Es “lo mínimo” que uno tiene que hacer para heredar la vida eterna.
B. Cuando un joven rico le preguntó a Cristo lo que tendría que hacer para heredar la vida eterna, Cristo lo llevó a la ley de los 10 mandamientos:
Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. [Luc 18.18-20]
C. Así que, la ley de Dios es la norma que Dios (el Juez Justo) usará para “medirnos” en el día del juicio: .
1. El 1o mandamiento: (v3) No tendrás dioses ajenos delante de Mí (dice Jehová).
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. [Luc 10.27]
2. El 2o mandamiento: (v4-6) No te harás imagen, ni ninguna semejanza.
a. Esta es la otra cara de la moneda con el primer mandamiento.
b. Si Dios (¡el Dios de la Biblia!) no tiene “suma prioridad” en su vida (si Él no es lo más importante), otra cosas u otra persona, sí, lo es. Es su “dios”, su “ídolo”.
3. El 3o mandamiento: (v7) No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano. a. Esto quiere decir: Usar el nombre de Dios sin propósito (como si fuera cualquier palabra). b. Muchos dice “Dios mío” con la misma falta de propósito que “híjole” (o peor).
4. El 4o mandamiento: (v8-11) Acuérdate del día de reposo para santificarlo. a. Dios le ha dada a usted todo… Todo lo bueno que tiene es de Él… b. La esencia de este mandamiento es que debemos estar agradecidos y darle un día en siete. c. El mismo principio (“la esencia” del mandamiento) se puede aplicar al dinero: diezmo, etc.
Éxodo 20.1-17
Examinarse – Página 2
5. El 5o mandamiento: (v12) Honra a tu padre y a tu madre. El que hiriere a su padre o a su madre, morirá. [Exod 21.15] Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá. [Exod 21.17]
6. El 6o mandamiento: (v13) “No matarás” pero todos somos culpables de homicidio porque…
Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. [1Jn 3.15]
7. El 7o mandamiento: (v14) “No cometerás adulterio” pero todos somos adúlteros porque…
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. [Mat 5.28]
8. El 8o mandamiento: (v15) “No hurtarás” (y el valor del objeto robado no importa; robar es robar), y entonces todos somos ladrones.
9. El 9o mandamiento: (v16) “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” pero todos nosotros somos mentirosos (no hay una “mentirita blanca”; es mentira, y con la primera mentira nos convertimos en mentirosos por el resto de la vida).
10. El 10o mandamiento: (v17) No codiciarás.
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. [1Tim 6.8-9]
III. A veces vivimos como si Dios no viera nuestros pecados…
[El malo] dice en su corazón: Dios ha olvidado; ha encubierto su rostro; nunca lo verá. [Sal 10.11] A. Sin embargo, Dios ve cada una de nuestras obras y conoce cada uno de nuestros
pensamientos (aun los más profundos).
Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos. [Prov 15.3] Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea
mala. [Ecl 12.14] Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están
desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. [Heb 4.13] B. Hay un día que viene cuando el Señor juzgará al mundo entero por justicia.
La conclusión del asunto: Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días. [Sal 7.11] ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! [Heb 10.31]
IV. La cosa más horrenda es que el infierno y el lago de fuego esperan a los que han violado la ley de Dios.
Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed. [Luc 12.5]
A. Entienda que el pecado es cualquier “infracción de ley”.
Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
[1Jn 3.4]
Examinarse – Página 3
B. La paga de nuestro pecado es la muerte (hemos violado la ley de Dios y Él—el Juez Justo— nos ha sacado “la multa” de la muerte).
El alma que pecare, esa morirá… [Ezeq 18.20]
Porque la paga del pecado es muerte… [Rom 6.23] C. Nuestra muerte física es un testigo al hecho de que todos hemos pecado (todos hemos
violado la ley de Dios). D. Pero, viene otra muerte aun más horrenda: “la muerte segunda” del lago de fuego.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. [Apoc 20.11-15]
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. [Apoc 21.8]
V. ¡SIN EMBARGO!
A. ¡Dios es rico en misericordia y lleno de gracia! Envió a Su Hijo (nacido de una virgen) para salvarnos de la ira venidera…!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. [Juan 3.16]
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. [Ef 2.4-7]
B. Cristo fue el Único que no mereció la muerte, porque nunca pecó (nunca violó la ley).
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. [Heb 4.15]
C. Sin embargo, Cristo fue hecho por nosotros maldición y así nos redimió de la maldición de la ley que hemos violado.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). [Gal 3.13]
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. [2Cor 5.21]
D. Cristo Jesús “pagó nuestra multa” (la muerte) y resucitó de entre los muertos para salvarnos de la condenación del infierno y llevarnos a Dios.
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. [1Ped 3.18]
Examinarse – Página 4
VI. Ahora, Dios ofrece el perdón de pecados y la vida eterna a todos los que se arrepentirán y confiarán en Su Hijo, el Salvador.
A. Tiene que huir de la ira venidera: Arrepentirse de sus pecados (confesar sus violaciones de la ley de Dios) y apartarse de ellos.
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. [Hech 17.30-31]
El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. [Prov 28.13]
B. Tiene que huir a Cristo y la cruz: Creer en Cristo, Su obra en la cruz para salvarlo y Su sangre derramada para limpiarlo.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia. [Rom 3.21-22]
C. ¡No confíe en sus obras! ¡Confíe únicamente en Jesucristo!
Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. [Rom 4.4-5]
CONCLUSIÓN:
Así que, siga el consejo del Apóstol Pablo.
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. [2Cor 13.5]
No hay nada más importante—ni en esta vida, ni en la venidera.
En 150 años, lo más importante para usted es que sí está en el cielo o en el infierno.
Todos tenemos que morir. Todos debemos estar preparados para el día cuando nos toca pasar de este mundo al siguiente.
La ley de Dios es nuestra “vara de medir”.
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Al inconverso, le hace conocer el pecado (el pecado abunda… para que la gracia sobreabunde). Para el cristiano, Romanos 7.22 dice que el nuevo hombre se deleita en la ley de Dios
1. …en mantener a Dios en primer lugar (prioridad número uno), 2. …en no hacer de nada (ni nadie) un ídolo que reemplaza a Dios, 3. …en no tomar el hombre de Jehová nuestro Dios en vano, 4. …en darle a Dios lo que le corresponde (“acuérdates del día de reposo”), 5. …en honrar a su padre y a su madre, 6. …en no matar, 7. …en no cometer adulterio, 8. …en no hurtar, 9. …en no mentir y 10. …en no codiciar.


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