ÉXODO PARTE II/LA MARCHA A TRAVÉS DEL DESIERTO/ CAPÍTULO 16

Además, Moisés les advirtió: Que nadie guarde nada para el día siguiente. Sin embargo, algunos no le obedecieron y guardaron algo para el día siguiente; pero se llenó de gusanos y se echó a perder. Y Moisés se enojó con ellos.

El capítulo 16 narra el cómo Israel recibió el maná de parte de Dios para sus sustento en el desierto. El mismo día que entraron en la tierra, según dice el mismo texto, cesó.

Para mí hay un principio espiritual muy importante en este texto, a saber, la dependencia diaria del Señor para nuestro sustento, no únicamente material, sino emocional, espiritual, intelectual.

Cada día el pueblo debía de acudir a recibir el maná necesario y no era posible acumular para el siguiente día. Había que desarrollar una actitud y práctica de confianza en Dios, en que al día siguiente, como había sucedido el día anterior, la provisión estaría allí esperándolos. 

Veo que en la Biblia se ha establecido esta pauta como un principio universal. Jesús, a quien seguimos, afirmó que bastaba a cada día su propio afán. También indico que, estaba con nosotros cada día hasta el fin del mundo. Nos enseñó a pedir que, el pan nuestro de cada día nos fuera concedido hoy. El resto de las Escrituras hablan de este marco de tiempo que el Señor ha establecido y que nos permite manejar la vida trocito a trocito, un poco cada día. Jeremías, el autor de Lamentaciones, afirmó que sus misericordias son nuevas cada mañana.

Creo que el principio espiritual es acudir cada día al Señor para la provisión necesaria para ese mismo día, dejando las angustias del mañana para mañana y sabiendo que el Señor proveerá lo necesario para el siguiente día.

Pero aprender a vivir así, en dependencia continua y diario es todo un reto.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.