Jesús es tanto el Señor como el Mesías

Jesucristo es mi Señor. Esa es la confesión más grande de fe que alguna vez puede hacer. «Jesús es el Señor.» Él no es una de una variedad de maneras de llegar al cielo, Él es la única manera, porque Él es el Señor resucitado. Cuando nosotros confesamos la fe en Jesús podemos decir que Jesús es el Señor, porque Dios le levantó de los muertos (Romanos 10:9-10).
¿Por qué los seguidores de Jesucristo creen que Él es el Señor? La resurrección de Jesús manifestó más allá de cualquier duda de que Él es Señor de todos. Nuestra fe esta basada en la clara evidencia histórica de Su resurrección. La resurrección de Jesús probó la validez y la realidad de la obra redentora de Jesús en la cruz y Su Señoría soberana. Porque Jesús está vivo, Él es nuestro Señor, y Él nos invita a unirnos a Él en la vida de resurrección.
El apóstol Pedro dio cuatro evidencias de la resurrección de Jesús en Hechos 2:22-36.

La persona de Jesucristo es la primera evidencia clara de que Él ha resucitado de los muertos (vv. 22-24). Jesús es un personaje histórico real que vivió en la ciudad de Nazaret (2:22, 3:6, 4:10, 6:14, 10:38, 22:8; 26:9). Él  realizó muchos milagros que fueron presenciados por multitud de personas en diversas ocasiones. Había testigos oculares que lo vieron resucitar a los muertos (cf. Juan 11:38-44), y curar a los enfermos (Mateo 9:35-38).

Pedro declaró en su mayor sermón, éste fue la persona que fue crucificado en la cruz en Jerusalén (2:22-23). «Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis» (v. 22). «. . . Tú clavado en la cruz por manos de hombres  pecaminosos y entregado a la muerte «(v. 23, cf. 3:13; Lc. 24:19-20). La gente lo conocía y podía identificarlo. ¡Este hombre fue visto vivo de entre los muertos!
La crucifixión de Jesucristo no fue un accidente. Este era «el plan de Dios.» Él fue «entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios… «. Su misma persona atestigua que Él murió y resucitó.
La profecía de David se cumple en la resurrección de Jesucristo. El rey-profeta David predijo que el Mesías no se quedaría en el reino de los muertos y que Su cuerpo no se deteriora en la tumba. En Hechos 2:25-31 Pedro citó Salmo 16:8-11 con el conocimiento claro, de que él no pudo referirse al antiguo rey David. Él había estado muerto durante mil años (2:29). Podemos visitar su tumba el día de hoy en Jerusalén.

Era imposible que esta persona que realizó milagros y señales y prodigios, entre los testigos de la época, fuese retenido por el poder de la muerte (v. 24). Obviamente, David se refiere a un David mayor, «ya que era imposible para Él ser retenido en su poder».

La profecía de David se cumplió en la persona de este Cristo resucitado. David «viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción» (v. 31).
Dios resucitó a Jesús a la vida, y lo exaltó a la mano derecha del Padre, cumpliendo la profecía de David (Salmo 16:8-11, Hechos 2:30, 3:13, Fil. 2:9; 5:30-31; Ef. 1:20; Col. 3:1, Heb. 1:3, 8:1; 10:12; 12:2). Más tarde, Pedro escribiría de Cristo resucitado en 1 Pedro 3:22, «quien habiendo subido al cielo a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades».
La tercera evidencia de la resurrección de Jesús, fueron los testigos personales que lo vieron con vida (v. 32). Grandes multitudes de testigos fiables lo vieron vivo. Este es el testimonio constante del apóstol, de la resurrección de Jesús en el libro de Hechos  (2:32, 3:15, 26; 4:10; 5:30, 32; 10:39-41; 13:30-31, 33-34, 37; 17:31; 26:23).
Jesús es el Mesías y el Señor porque era imposible para la muerte mantener su control sobre Él. “que era necesario que él resucitase de los muertos» (Juan 20:9).
La cuarta evidencia que Pedro da de la resurrección es la presencia del Espíritu Santo. Sólo Cristo resucitado pudo enviar el Espíritu Santo (vv. 33-35). Sería imposible para el Espíritu Santo estar presente en una magnitud tan grande, si Jesús no estuviera vivo en el cielo. Dios envió al Espíritu Santo para hacer Su obra milagrosa en la vida de los hombres (Joel 2:29-32, Lucas 24:49; Jn. 14,26; 15: 26, Hechos 1:4). Los sucesos sobrenaturales en Pentecostés, sólo pueden ser explicados por la resurrección de Cristo.
Es imperativo que Jesús esta vivo, porque Él no podía enviar el Espíritu Santo si Él estuviera muerto. Sólo el Cristo viviente podría enviar a uno como El Mismo para continuar Su trabajo en la tierra. Juan 16:7 nos dice que Jesús tuvo que volver al cielo antes de que pudiera enviar el Espíritu. «Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré».
De nuevo Pedro cita el rey David en el Salmo 110:1, con la certeza evidente que sólo podía referirse a uno más grande que David (Mat. 22:41-46).
La ascensión del Hijo más grande que David es el testimonio más poderoso de la resurrección (Hechos 2:34-36). El rey David no fue resucitado, Jesús fue resucitado. Él no subió al cielo, Jesús lo hizo.
¿Qué podemos aprender de los sermones más grandes que Pedro alguna vez predicó? Jesús es el Mesías y el Señor. Para los presentes, Él declaró poderosamente, «Jesús es tu Mesías, ¡el que usted crucifico, ahora esta vivo!» Usted le clavo en la cruz, ¡Dios lo levantó de los muertos! Este no fue un gran accidente, o un juicio pobre de parte de Jesús, Dios lo entregó «por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios» (v. 23). ¡Dios lo hizo!
«A este Jesús resucitó Dios, de lo  cual todos nosotros somos testigos. . . «(vv. 32-33). Esta es toda la evidencia que necesitamos. ¡Jesús está vivo! Él es una persona real que vivió en un tiempo específico y lugar en la historia. Él fue asesinado, por la crucifixión en Jerusalén por manos de hombres pecaminosos. Pero «Dios lo levantó. . . .A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios. . . . A este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo»(Hechos 2:24, 32, 33, 36).
El nombre «Señor» en el v. 36, refiriéndose a «Cristo» es una referencia a Yahvé y a Su Ungido. Cuando yo comparo «Señor» en vv. 21, 34 y 39, yo estoy convencido de que es una fuerte afirmación de la deidad de Jesucristo. Dios no sólo levantó a Jesús, sino también lo «exalto»  «a la diestra de Dios» (v. 33).
¿Cuál es su respuesta a la evidencia? ¿Lo confesara usted como «Mi Señor y mi Dios»? El apóstol Pablo concluyó: «Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre. . . Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre «(Fil. 2:9, 11).
En la conclusión del gran sermón de Pedro, tres mil personas quedaron bajo el impresionante poder del Espíritu Santo y pusieron su fe en Jesucristo como Señor de sus vidas. Usted no puede discutir con éxito, cuando Dios está trabajando. Los resultados fueron profundos (Hechos 2:37). Ellos se «compungieron de corazón», o «golpeados en la conciencia.» Fue como ser golpeado violentamente; ellos estaban asombrados. Yo oro que usted también. Cree en el Señor Jesucristo y usted, también, será salvo.
Selah!


Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin

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