Rosalind Picard, professor of Arts and Science, MIT; Director of the Affective Computing Research Group at the MIT Media Lab; Co-director, Things That Think Consortium dice:
Yo no era una persona de fe. Ni siquiera era agnóstica; Era una atea orgullosa. Para mí pensar científica y racionalmente, era la única forma que una persona inteligente debía operar, y suponía que ello era suficiente para tener toda verdad.
En el colegio a los doce años dirigí el debate evolución/creación en clase de ciencia. Mi grupo perdió el debate. Con el tiempo decidí leer la Biblia para tener conocimiento real de lo que decía. A medida que la leía iba cambiando mi manera de pensar sobre el Cristianismo.
En la facultad conocí a gente inteligente que eran creyentes, seguidores de Cristo. Me di cuenta que había algo más que hacer que solo creer en él. Había que consagrarse. Ese fue un momento crucial en mi vida.
Me licencié del Georgia Institute of Technology. Después fui a Massachussets Institute of Technology (MIT) a ampliar mis estudios, donde finalmente me ofrecerían un puesto de profesora.
“Soy muy analítica y lo cuestiono todo. Tienes que tener cuidado que como científico no caigas en la trampa en la que caen muchos de ellos. Suponen que Dios tiene que ser demostrado o refutado por la ciencia. De hecho algunos suponen que las únicas cosas ciertas son las que la ciencia puede demostrar. Irónicamente lo que están haciendo es declarar (dogmáticamente) que ellos tienen el único camino a la verdad: la ciencia. Pero la ciencia, por sí misma, no puede probar el rigor de sus propios métodos. La ciencia no puede demostrar que ella es el único camino a la verdad. La ciencia no puede demostrar hechos históricos, ¿pero quiere eso decir que no sucedieron? El creer que Dios se debe poder demostrar científicamente es no tener idea quien es Dios”.
Esto sí que es una persona de ciencia e inteligente, que piensa por sí misma, muy bien informada y muy respetada.
Fuente: http://testoffaith.com/book/
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