En el trabajo de Libres en Cristo, he encontrado a muchas personas que se creen responsables por la salvación y santidad novio o novia, de su cónyuge, de sus familiares o amigos, y se desesperan o llenan de ansiedad y culpa si sus seres queridos no quieren salir adelante. Estos son ejemplos de comentarios que hemos recibido:
- “Tengo una compañera de trabajo, a quien la está cortejando mi antiguo amante, y necesito salvarla porque no sabe con quién se está metiendo. Quisiera contarle a todo el mundo quien es este hombre para que nunca caigan en sus redes.”
- “¡Me enoja tanto que ustedes no quieran llamar a mi primo por teléfono para que salga de la homosexualidad! ¡Esperaba tanto de ustedes!”
- “Ya todos me han señalado que mi novio no es cristiano, y que se aprovecha sexualmente de mí. Pero soy la única que lo comprende, y tuve este sueño… en el que Dios me mandaba a salvarlo.”
Muchos de los que nos escriben, viven la horrible condición de la codependencia, sin siquiera saberlo.
En la vida diaria, un codependiente cree que es responsable por los pensamientos, sentimientos y acciones de la gente que ama, se siente responsable por lo que hacen o dejan de hacer, y su identidad se pierde pues su tiempo y su mente se dedican sólo para buscar soluciones o excusas para prolongar este ciclo de sufrimiento, o para negarlo. Lo peor es que en lugar de ayudar, permiten al adicto sexual limpiarse en ellos y excusar su pecado de mil maneras, y tener un salvavidas siempre a la mano cuando fallan para nunca enfrentar consecuencias ni a Dios mismo.
Hace un tiempo escribimos un artículo más general acerca de la responsabilidad INDIVIDUAL que tenemos cada uno ante Dios por nuestra santidad. Sin embargo, ahora queremos hacer notar cómo esta actitud codependiente se da en el seno de la familia cristiana.
Sharon Wegscheider-Cruce identifica varios papeles de la familia de un adicto sexual en el que los familiares se relacionan de una manera co-dependiente:
- El dependiente químico (el adicto)
- El codependiente primario
- El héroe
- La oveja negra o el escapista
- El niño perdido, y
- El payaso o mascota.
El adicto sexual
Es el familiar que está viviendo en pecado sexual, vive en un círculo vicioso de compulsión y negación, soledad, vergüenza y culpa, y poco a poco empieza a depender de sus familiares, de sus codependientes para cuidarlo, para hacerse responsable de él.
El codependiente primario
Los codependientes primarios son las personas más cercanas al adicto, como esposos o padres. Como codependiente, ella (en el caso de una esposa), se siente responsable de todo, hasta del la adicción de su esposo. Una conducta clásica de la codependencia se ve cuando ella justifica las acciones de su marido, dando excusas por él a otros para ocultar o evitar las consecuencias de la adicción sexual. Frecuentemente ella piensa, “si yo fuera mejor esposa, mejor amante, mejor ama de casa o mejor madre, él no tendría la necesidad de recurrir a…” Ella trata de controlarlo a él y a los demás compulsivamente. Por pena, ella no comparte su situación, ni sus sentimientos verdaderos de enojo, incapacidad y culpa con casi nadie y se siente aislada. De esta manera la negación del problema familiar continúa.
Los hijos: heroes y ovejas negras, payasos y niños perdidos
Los niños participan en la enfermedad familiar de adicción también. Ellos adoptan papeles diferentes para sobrevivir en una situación de caos. El héroe o heroína es generalmente el papel del hijo mayor de la familia, quien actúa como el segundo papá o la segunda mamá de los otros niños. El héroe trata de lograr la aprobación de otros, especialmente la de los adultos. Casi siempre ellos pueden lograr muchas cosas en diversas actividades. Pueden ser líderes en la escuela y la iglesia; son buenos estudiantes y buenos trabajadores. La motivación inconsciente del héroe es: si soy bueno, mi familia no puede ser tan mala y posiblemente pueda mejorar. De esta manera el héroe es codependiente también porque piensa que con su conducta es responsable de los cambios en los otros.
El papel del segundo hijo generalmente es el de la oveja negra o el escapista. Este niño ha aprendido que la atención negativa es más fácil de lograr que la atención positiva. La oveja negra está metida en problemas con la familia, la escuela y posiblemente con la ley, experimenta con el alcohol o las drogas muy temprano en su vida o puede tener un embarazo fuera del matrimonio muy joven. Su codependencia se manifiesta en la negación del sufrimiento que causa el adicto sexual que vive en la familia, a través de la conducta de rebelión. Esta conducta extrema distrae la atención de la familia del problema primordial de la adicción sexual y facilita la negación de toda la familia.
El tercer papel de los niños es el niño perdido. Este niño no causa ninguna molestia y evita muchos conflictos; vive aislado de la familia y pasa mucho tiempo solo, desarrollando una vida de fantasía –por eso puede ser muy creativo. Este niño no confía en las personas fácilmente y se acerca más a las mascotas y a los muñecos. Su codependencia se manifiesta inconscientemente en la negación de su necesidad de otros. Su soledad e independencia tienen la característica de compulsión. Compulsivamente los niños perdidos evitan a la gente.
El cuarto papel es el del hijo menor, y se da el término psicológico de el payaso o la mascota. Él usa su buen sentido del humor para llamar la atención hacia él y distraer la atención de las tensiones que hay en la familia. Él es bromista, encantador. La codependencia de este niño es que se siente responsable del dolor de la familia, y cree que debe aliviarlo con buen humor y bromas.
Continuaremos este tema luego, con bastante Biblia para exponer estas mentiras de conducta y pensamiento, y definir cuál es el camino correcto para salir de esta condición. Déjanos tus comentarios, si te identifica este tema o si deseas hacer algunas preguntas.
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