LA GUERRA CONTRA AMALEC (Devocional 042)


Devocional No. 043 (Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)

Ahora Israel experimentaría algo nuevo, pues hasta el momento Dios mismo es quien ha peleado por ellos y ha derrotado a sus enemigos, por tanto ellos no han tenido que usar armas, ni batallar físicamente. Pero en ésta ocasión Israel debe enfrentar la guerra contra Amalec y su ejército, y es Josué el designado para liderar el ejército de Israel (Algunas de nuestras batallas las libra Dios directamente a nuestro favor, pero otras las debemos encarar nosotros, por supuesto con Su ayuda, y cuando así lo hacemos la victoria es segura)… 

“E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; más cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec” Éxodo 17:10-11.   
Debemos ver las dificultades como oportunidades para ver la gloria del Señor y para crecer como soldados del ejército de Dios. Israel debía prepararse y adiestrarse para la guerra, pues la tierra de Canaán les exigiría enfrentar múltiples batallas, era pues éste momento una oportunidad diseñada por Dios para formar, adiestrar y equipar a su pueblo, ya que adelante había muchas cosas por conquistar.

Es interesante que el libro de Deuteronomio 25:17-18, nos dice que Amalec atacó por detrás: “te desbarató la retaguardia de los débiles… cuando tú estabas cansado y trabajado”, cuál león que está de cacería, el enemigo procura atacar a los débiles y cansados, por eso el hijo de Dios debe renovar sus fuerzas en el Señor continuamente, mediante la oración y “velando en ello con toda perseverancia”, en Dios está nuestra fuerza, él es nuestro escondedero y refugio.

Josué con su ejército se dirige al valle para pelear, y Moisés a la cumbre del monte para orar. Cada uno de acuerdo a lo impartido por Dios ejerce con autoridad y esfuerzo los dones recibidos. Josué el hombre de batalla y acción, y Moisés el hombre de la revelación y la oración, ambos fundamentales y figura del equilibrio que Dios requiere de sus conquistadores: oración y acción. Moisés en la cumbre y Josué en el valle, también nos habla del orden divino: primero lo espiritual, primero el cielo y después lo natural, lo material. El cielo quiere dirigir las conquistas en la tierra, lamentablemente iniciamos muchas cosas en nuestras propias fuerzas, sin dirección divina y por eso los penosos fracasos.

Cuando las manos de Moisés estaban arriba, Israel prevalecía, y lo contrario ocurría cuando las bajaba. Creo que con frecuencia nuestras manos se han cansado, y en otros casos como en el boxeo “se ha tirado la toalla”, como seres humanos es natural que a veces la fatiga aparezca, pero nuestra respuesta no debe ser la renuncia, o abandonar los sueños o visión que Dios ha impartido a nuestro corazón, sino apoyarse en otro y continuar. Fue lo que hizo Moisés, Aarón y Hur lo ayudaron, sostuvieron sus manos, hasta alcanzar la victoria sobre Amalec.

Reflexión final: Todos enfrentamos diferentes batallas y algunas son más fuertes que otras, pero Dios es el mismo, y por él y en él “somos más que vencedores”, somos sus hijos, por eso en nuestra genética esta la victoria. No renuncies a tus sueños, ni a tu llamado, ni a tu oración, ni a tu matrimonio, persevera, la victoria está cerca.

Te invitamos a leer  “DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS” en: http://estudiosysermones.blogspot.com/2012/11/dios-esta-por-encima-de-las.html#more

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