La Inconsistencia Produce Fracaso

Lectura del día:        Jueces 18:1-31, 3:7-4:24
Verso Central   Jueces 3:7-9
Los israelitas hicieron lo que ofende al Señor;  se olvidaron del Señor su Dios,  y adoraron a las imágenes de Baal y de Aserá. El Señor se enfureció contra Israel a tal grado que los vendió a Cusán Risatayin,  rey de Aram Najarayin, a quien estuvieron sometidos durante ocho años. Pero clamaron al Señor,  y él hizo que surgiera un libertador,  Otoniel hijo de Quenaz,  hermano menor de Caleb.  Y Otoniel liberó a los israelitas. (NVI)
Una vida inconsistente siempre producirá fracaso. No importa lo que sea que estemos haciendo o en qué área de la vida se aplique; ya sea en la relación matrimonial, los negocios, estudios, o nuestra relación con el Señor, la inconsistencia, siempre producirá fracaso. En el pasaje que nos toco leer este día podemos ver este principio de una manera muy clara. El verso, o pasaje central de este día, nos muestra la secuencia repetitiva que los hijos de Israel constantemente estuvieron viviendo después de que Dios le permitió entrar a la tierra prometida. Con frecuencia, después de servir a Dios, se apartaban de Él. Los israelitas hicieron lo que ofende al Señor;  se olvidaron del Señor su Dios,  y adoraron a las imágenes de Baal y de Aserá. (Jueces 3:7 NVI) Esta fue un patrón constante en la vida de los israelitas. Mientras que tenían problemas clamaban a Dios para que los librara de sus adversarios, pero una vez que Dios los libraba, rápidamente se olvidaban de Dios y seguían otros dioses. La consecuencia de la desobediencia a la palabra de Dios es que El retiraba su bendición y protección de su pueblo, y permitía que sus enemigos los vencieran, El Señor se enfureció contra Israel a tal grado que los vendió a Cusán Risatayin,  rey de Aram Najarayin, a quien estuvieron sometidos durante ocho años. (Jueces 3:8 NVI) Lo terrible de esta situación era que ellos no tenían necesidad de estar constantemente bajo la opresión de los pueblos enemigos. Dios claramente les había prometido que estaría con ellos, y que ellos deberían de controlar y poseer la tierra; esa fue una promesa clara de parte de Dios. Mas ahí en la tierra de la promesa, constantemente estaban bajo opresión, persecución, y tragedia, porque no fueron constantes en honrar a Dios, no hubo constancia en su obediencia a su palabra que les había dado por medio de Moisés. Hay personas que conocen de Dios, que han experimentado la gracia y el amor de Dios en sus vidas, mas sin embargo, viven vidas con contantes problemas, no tienen la paz, ni el gozo de Dios, porque su inconstancia ha permitido el pecado, o no son constante en servir a Dios, o en vez de vivir una vida de fe y confianza en sus promesas viven una vida de escases, derrota y fracaso, en medio de todas las grandes promesas de Dios. El pueblo de Israel, después de sufrir la opresión del enemigo, siempre clamaban a Dios y le pedían que los libertara de la opresión de sus enemigos, Pero clamaron al Señor,  y él hizo que surgiera un libertador,  Otoniel hijo de Quenaz,  hermano menor de Caleb. Y Otoniel liberó a los israelitas. (Jueces 3:9 NVI) Cuando llegaba el momento de la aflicción y ya no soportaban la persecución o la opresión de sus enemigos, el pueblo clamaba a Dios y Dios siempre respondía a sus oraciones. Dios en su infinita misericordia se acordaba de la aflicción de sus hijos y respondía mandando un caudillo que los llevara al arrepentimiento, a volver a los caminos de Dios, y que los libertara de la aflicción al cual sus enemigos los tenían sometidos. Gracias que Dios escucha la oración en la hora de la prueba y la aflicción, pero lo terrible es que esto era una constante en la vida de la nación, tiempos de clamar a Dios por su bendición, Dios se las daba, y ellos se olvidaban de Dios, Dios permitía que ellos cosecharan el fruto de sus acciones, y luego venían los problemas a sus vidas. Este era un círculo vicioso en el cual los hijos de Dios parecía que no podían escapar. Su inconstancia en servir a Dios con todo su corazón los llevo a vivir una vida de altibajos. Si hemos de servir a Dios seamos constante en nuestra devoción, y pasión por obedecer su palabra, y vivamos una vida en la cual se agrada de nosotros, seamos constantes en el crecimiento y la fidelidad a Dios, Pablo dijo las siguientes palabras, Por lo tanto,  mis queridos hermanos,  manténganse firmes e inconmovibles,  progresando siempre en la obra del Señor,  conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano. (1 Cor. 15:58 NVI)
Oración:
·         Pedir al Señor que te de constancia en todos tus caminos.
·         Permite que Dios te guie en todo lo que haces, para que puedas hacer su voluntad.
·         Pide al Señor te muestre que áreas de tu vida necesitas fortalecer, para ser constante en todos tus caminos.


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