La Lección del Leproso.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.1 Tesalonicenses 5:18.

¿Dónde está Dios mi Hacedor, que da cánticos en la noche?Job 35:10.

» Escuchelo aquí… en su dispositivo Móvil [iPod, iPhone, iPad, Androide ó Celular]

(Testimonio de un joven misionero) Es cierto que en Madagascar tenemos muchos motivos para estar gozosos, pero también hay momentos de desánimo, por ejemplo, cuando el paludismo nos azota o sucede algo grave. Ese día precisamente estaba desanimado. Cuando llegué al lugar de reunión empecé a orar así: «¿Por qué permites esto? ¿Por qué tengo que estar desanimado? ¿Por qué estoy mal de salud? Yo que lo di todo…».

De repente entró un leproso. Estaba ciego, y para desplazarse no le quedaba otro remedio que ir de rodillas.

Creyendo que estaba solo, empezó a orar en alta voz. Era una oración de alabanza, de acción de gracias, una oración maravillosa. Ya no recuerdo todo lo que dijo, pero sí me acuerdo de estas palabras: «Te doy gracias por todo lo que hiciste por mí durante mi vida. Incluso te doy gracias por esta enfermedad. Si no hubiese contraído la lepra, me hubiese quedado en la selva. Seguramente sería un hombre rico, pues tengo cebús y arrozales, pero no te hubiese conocido nunca. Debido a esta enfermedad vine a parar al sanatorio, y fue ahí donde te conocí. Conocerte vale más que todo lo demás. Te doy gracias por todo, incluso por esta enfermedad».

Me quedé sin palabras y me eché a llorar. Y en voz baja finalicé mi oración diciendo: «Perdóname, Dios mío. No murmuraré nunca más contra ti».


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.