LA SANIDAD INTERIOR

Introducción: A veces no entendemos porque somos rebeldes a Dios, o porque herimos a nuestros seres amados, o porque no crecemos en el Señor… aunque Israel era el pueblo de Dios, a veces su actitud hacia Dios era la de un pueblo pagano, a veces comparado con Sodoma y Gomorra… por qué? Es esencial un acercamiento genuino a Dios, donde permitimos su obra en los más profundo de nuestro ser.   
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
LA SANIDAD INTERIOR

    I.   ¿QUÉ ES LA SANIDAD INTERIOR?  
   A.  Es un proyecto divino que procura la restauración del hombre.
Nota: Dios ha diseñado restaurar al hombre caído y a la creación que sufrió las consecuencias de ésta caída en el Edén. Al principio el hombre era completamente espiritual (quiero decir su espíritu gobernaba su ser), pero con la caída se volvió almático, víctima de sus pasiones y sentimientos (perdiendo las virtudes del principio), es por eso que el hombre debe ser redimido en su totalidad, espíritu, alma y cuerpo (Éste cuerpo es sanado y será transformado, nuestra alma es restaurada y transformada, y nuestro espíritu recibe nueva vida y restauración, pues la Biblia habla del espíritu algunas aflicciones, por ej: “tribulación de espíritu”, “quebrantamiento y aflicción de espíritu” y otros). Esto implica un trabajo desde el interior del hombre, desde su corazón, hablamos de salvación, restauración, sanidad, liberación, santificación… 
B.   Es un proceso divino (No es algo inmediato, se inicia con el nuevo nacimiento).
C.   Es un tratamiento divino (Es una obra de Dios; sólo él puede sanar y restaurar el corazón del hombre, pues al fin y al cabo es su Crador).
II.  RESULTADOS DE LA SANIDAD INTERIOR:
A.  Una vida sana. 
Nota: Hablamos de una sanidad integral = en el cuerpo, alma y espíritu. Por Ej: la falta de perdón produce multiples enfermedades (por ej: en el corazón, la piel, parálisis, tumores, etc), un ejemplo bíblico lo vemos en Ana, esposa de Elcana (1 Sam. 1:1-7).
B.  Una vida santa.
Nota: Una vida que camina en la voluntad de Dios, una vida que irradia la presencia de Dios. La santidad es el resultado de un corazón sano y restaurado.  
C.   Una vida de servicio.
Nota: Es decir llevaremos fruto para Dios, seremos vasijas que portan la gloria de Dios, que llevan la unción del Espíritu Santo, el apóstol Pedro lo dijo: “de lo que tengo te doy”.   
   
III.   EL FUNDAMENTO DE LA SANIDAD INTERIOR:  
A.  El sacrificio de Cristo, Is. 53:4-5.   
Nota: Jesús sufrió todo esto no sólo para darnos seguridad de la salvación eterna en el cielo, sino para darnos sanidad aquí en la tierra: “llevó nuestras enfermedades… sufrió nuestros dolores… por su llaga fuimos nosotros curados…”. Esto lo demostró Jesús aún en su ministerio terrenal antes de la cruz: Lucas 4:16-19, la frase:
“Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón”
Nos habla de una labor al interior del hombre, en corazones quebrantados, que según el término griego quiere decir, que han sido despedazados, estropeados, quebrados, derrotados completamente… Así como también cuando nos habla de libertar a los cautivos y oprimidos, no habla de cárceles físicas, sino espirituales… (Muchas cosas en nuestra vida provocaron el quebrantamiento o heridas del corazón… y el encarcelamiento emocional).   
B.  La Palabra de Dios, Sal. 107:20 y Heb. 4:12.  
Nota: la Palabra de Dios produce vida, es cortante (como un bisturí que corta los tumores del pecado), genera orden en la estructura del ser humano (espíritu, alma y cuerpo) y saca a la luz las malas intenciones de nuestro corazón…
  
C.  La acción sobrenatural del Espíritu Santo, Is. 61:1-4.
Nota: Éste pasaje nos expresa la voluntad de Dios para su pueblo: sanidad de corazón, sanidad física, libertad para aquellos que están en cárceles espirituales, consolación, gozo, reedificación, restauración… Hoy día estamos en el ministerio del Espíritu Santo y esto es lo que él quiere traer a su pueblo.   
Conclusión: Dios quiere trabajar en lo profundo de tu corazón, traer libertad, sanidad, restauración y orden a tu corazón, él requiere un acercamiento sincero, genuino, humilde, que reconoce su condición y necesidad, el Espíritu Santo quiere ayudarte. Permitamos a Dios hacer su obra en nosotros.
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